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Trabajo pide una sanción de 300.500 euros por la muerte de dos obreros

La inspección cree que Nuevo Centro en Valencia carecía de medidas de seguridad

La inspección de Trabajo propone una sanción de 300.500 euros para el complejo comercial Nuevo Centro, de Valencia, por la muerte de dos operarios el pasado 11 de octubre por la inhalación de gases en una fosa séptica. El expediente recoge que hubo "inobservancia total y absoluta de las normas de seguridad laboral y ausencia de los equipos individuales necesarios". La propuesta de sanción ha sido trasladada al juez.

Los inspectores de Trabajo han dado por acabada la vía administrativa. La ejecución de las sanciones propuestas queda pues paralizada hasta que la causa haga el recorrido penal correspondiente. Si el juez observara que no hubo responsabilidad penal ninguna, lo mínimo que tendría que afrontar Nuevo Centro por lo ocurrido sería la sanción que ha fijado la inspección. Para evitar que un mismo hecho sea dos veces castigado, la vía administrativa deja paso a la penal y si se entiende que deben depurarse responsabilidades por un ilícito, en la pena se incorpora la sanción administrativa propuesta al menos en el objetivo, que en este caso es imponer la máxima multa de las que la ley prevé.

El informe de la inspección recoge, respecto de Nuevo Centro, que existió "inobservancia total y absoluta de la normativa de seguridad laboral y ausencia de los equipos personales necesarios". Detalla también que no se contempló "la peligrosidad de la actuación con exposición a agentes tóxicos". Trabajo también propone una sanción de 30.000 euros a la Mutua Valenciana de Levante.

El juzgado decidirá en breve las fechas para las comparecencias de los distintos implicados en los hechos. Los primeros en declarar serán el inspector de trabajo y un técnico del gabinete de Seguridad e Higiene. Después, deberán comparecer el administrador de la comunidad de propietarios de Nuevo Centro y el presidente del mismo, sobre quienes, según fuentes de la investigación, caerá en principio la acusación sobre lo ocurrido.

Dos operarios adscritos al área de mantenimiento complejo comercial acudieron tenían como tarea el 11 de octubre de 2005 la limpieza de la fosa séptica situada en el primer sótano del aparcamiento, ubicado justo debajo del edificio de El Corte Inglés, uno de los principales accionistas del complejo. Uno de ellos, J. B. A., de 46 años, abrió la trampilla y bajó al interior de la fosa (de seis metros cuadrados y tres metros de profundidad). Instantes después empezó a sentirse mal y avisó por el intercomunicador que llevaba. Un vigilante de seguridad, O. M. R., de 34 años, de la empresa PSI, fue el primero en llegar para socorrerle. Trató de sacarlo. Ambos fallecieron por inhalación de hidrógeno sulfuroso y metano. El tercero en llegar a la fosa fue otro agente de seguridad privada, de la misma empresa, que resultó herido grave. Antes de acercarse había avisado ya al Centro de Coordinación de Emergencias. El cuarto en la escena fue el otro operario, L. M. V., de 62 años, que no llegó a bajar a la fosa en un primer momento, pero que al ver lo ocurrido acudió en ayuda de su compañero y resultó herido leve.

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