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Columna
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Milonga cofrade

Esta es la semana en la cual no se puede circular por las ciudades de Andalucía, hay que soportar con estoicismo que las calles sean tomadas por los cofrades, por quienes practican el dudoso rito de la procesión religiosa, por quienes tienen algún tipo de fe religiosa o veneran alguna imagen, por quienes vienen desde fuera movidos por la curiosidad de un espectáculo medieval, por quienes sienten la llamada de la más rancia tradición o por quienes quieren divertirse de manera barata. De todo hay. Pero desde luego, ningún respeto para quien no cree en nada y tan sólo desea descansar o transitar libremente. Creíamos que las calles de la ciudad eran de todos y los ayuntamientos debían velar porque cualquier ciudadano pudiera circular, pero no es así, llegado este momento los ayuntamientos, sea cual sea su ideología, se preocupan porque circulen los que participan del rito y porque hagan un uso privativo del dominio público las cofradías, con sillas y palcos de alquiler. La policía municipal queda en exclusiva para garantizar el flujo de hermandades y cofradías con un desprecio absoluto al común de los ciudadanos. Si alguien vive en el centro, mejor que deje su casa porque no podrá salir ni entrar en su domicilio y tampoco podrá dormir. Aunque el pretexto es la religión al final todo en Andalucía toma el aire del botellón con el consumo masivo en la calle de todo tipo de bebidas y comidas, a la vez que se produce un ruido insoportable. El suelo queda luego cubierto por un manto de cera, bolsas, pipas, vasos y botellas que ríase usted del botellón propiamente dicho. Hay desperdicios que tardan días en desaparecer con un coste elevado. Por si esto fuera poco, por si no fuera suficiente que los ayuntamientos parecen organizadores de este secuestro colectivo, muchas procesiones llevan presencia institucional de las corporaciones municipales. Parece increíble que a estas alturas del siglo XXI todavía haya esa confusión entre religión y política. No es de extrañar que en la película de Mateo Gil Nadie conoce a nadie, basada en la novela homónima de Juan Bonilla, Jordi Mollá hace la siguiente descripción: "Miles de penitentes reprimidos que pagan por salir vestidos del Ku-Kux-Klan a quien todo el mundo conoce como capillitas".

Muchas de estas procesiones llevan escolta del Ejército, sean soldados, legionarios o guardias civiles, que desfilan con marcialidad en una confusión clamorosa sobre las funciones del Ejército. Incluso una banda de música, la del Regimiento Inmemorial del Rey, se dedica a interpretar y componer marchas procesionales como parte de su servicio público. No se sabe en qué lugar de la Constitución ni de la legislación vigente se hace referencia a la participación del Ejército en procesiones religiosas. Más bien se señala con claridad la separación entre Iglesia y Estado y se declara la aconfesionalidad de España. Hay que recordar aquí, como sostenía Soledad Gallego-Díaz en su artículo Llevad a Mr. Bean a las escuelas, que la religión es una idea y por tanto tan digna de crítica como cualquiera e imposible, por tanto, de apoyo institucional. A pesar de eso, el artículo 525 del Código Penal establece el delito de blasfemia. Curiosamente, cuando en 2002 se colgó de Internet el juego Matanza Cofrade, tres cofradías sevillanas, Gran Poder, Macarena y San Bernardo, actuaron contra el joven que había ideado el juego por usurpación de una imagen, lo que obligó al autor a tener que pedir perdón para evitar una condena. Aún así, está en la Red Matanza Cofrade 2, que puede descargarse en www.aristasweb.net, obra de un desconocido Dakuro Tenshi al que todavía no le han hincado el diente. Todo se andará, porque mucha tinta ha corrido sobre la airada reacción del Islam a cuenta de las viñetas de Mahoma pero por aquí no andamos sobrados de tolerancia. El rapero sevillano Tote King lleva camino de los tribunales por la canción que comienza "Cuando llega esta semana/ es cuando más deseo que llueva/ cuando asoma la sotana/ por la Macarena o por Triana". El Prendi, el Gran Poder, la Macarena, el Greñúo, Jesús el Rico, El Abuelo, el Cachorro y cientos de cofradías tomarán las ciudades andaluzas con apoyo oficial. Yo opino como la chirigota Los que fuman en el balcón en su Milonga de las Religiones: "Probé con el budismo, el catolicismo y también el hinduismo/ religiones muy distintas/ y al final más de lo mismo./ Mormones, evangelistas/ anglicanos y ortodoxos/ yo no tengo fe en ninguna/ pero tengo un lío horroroso./ Cada vez tengo más claro/ que yo creo que no creo/ cada vez tengo más claro/ que yo creo que soy ateo".

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