Tres consejeros delegados en un año
La vieja guardia y el antiguo modelo de gestión de Fadesa eclipsan sus sucesivos fichajes estrella
El pasado lunes, día 3, los presidentes de las inmobiliarias gallegas Fadesa y Anjoca, los hermanos Manuel y Ángel Jove Capellán, firmaban en Marruecos con el ministro de Turismo, Adil Douiri, un convenio para desarrollar un complejo residencial turístico, Tánger City Center, por valor de 84,95 millones de euros. Casualmente o no, ese mismo día, al cierre de la Bolsa, Fadesa informaba de la renuncia de su tercer consejero delegado en un año, Borja de la Cierva, fichado recientemente para, teóricamente, conducir la expansión internacional de la empresa.
La facturación del grupo Fadesa el año pasado fue de 925,4 millones de euros, con 191,2 millones de beneficios, un 57% más que en 2004
El cargo de Borja de la Cierva como consejero delegado de Fadesa era tan reciente que su baja se ha producido un mes exacto después de que se anunciase su fichaje y otro antes de que la junta de accionistas formalizase su nombramiento. No le ha dado tiempo prácticamente a aclimatarse al despacho que acababa de desalojar su antecesor, José Luis Macía Sarmiento.
Un cambio tan repentino no se justifica invocando las socorridas "razones personales", y el comunicado de la propia empresa atribuía su renuncia a una "diversidad de criterio" en la estrategia de renovación que está acometiendo el grupo.
Borja de la Cierva Álvarez de Sotomayor (Pontevedra, 1962) llegó a la inmobiliaria procedente de Inditex, siguiendo la ruta que un mes antes había realizado su mentor, José María Castellano, ex consejero delegado y vicepresidente de la multinacional textil, en la actualidad asesor personal de Manuel Jove. De la Cierva se había incorporado a la matriz de Zara como adjunto de Castellano en 1995, y cuando la abandonó era director general de Finanzas. Fadesa, con una amplia experiencia en grandes urbanizaciones en Andalucía y Marruecos, había puesto el punto de mira en el Este de Europa, especialmente en Polonia y la República Checa (desarrolla una urbanización de 2.000 viviendas de lujo en Varsovia), mercados en los que Zara había entrado de la mano, entre otros, de los ejecutivos recién fichados.
"Es el momento de definir todo el negocio procedente del Este y la nueva incorporación es una opción que encajaba en nuestra organización", aseguraba entonces en el diario Expansión la vicepresidenta de Fadesa, Felipa Jove.
Contraposición de modelos
Sin embargo, según profesionales que han asesorado desde hace tiempo a la dirección de Fadesa, De la Cierva tenía con creces el perfil profesional para el cargo, pero quizá demasiado. "La empresa tiene un modelo de negocio integrado verticalmente, y De la Cierva proponía hacer un cambio importante, lo que lógicamente no gustó mucho al equipo actual". Y el equipo es el que ha arropado a Manuel Jove mientras calladamente, ladrillo a ladrillo, lograba situar a su empresa en la cúpula del sector.
La cifra de negocio del grupo Fadesa el año pasado fue de 925,4 millones de euros, con 191,2 millones de beneficios, superiores en un 57% a los del ejercicio anterior.
"Por una parte, el sector de la construcción es mucho más agresivo que el del textil. Por otra, Jove se guía sobre todo de su intuición, más que del análisis de tácticas o estrategias. La cúpula directiva de Fadesa es una máquina perfectamente engrasada que le entrega un proyecto completo de ciudad encargado para ayer, pero muchas de las operaciones, las más complicadas, las diseña y las cierra él, en ocasiones con apoyos externos", asegura una fuente del sector.
Manuel Jove, al que la revista Forbes sitúa entre los 300 más ricos del mundo y le atribuye en el último ejercicio una fortuna personal de 2.700 millones de dólares, conserva muchas facetas de aquel emprendedor ebanista del barrio coruñés de Monelos que hizo su primer negocio inmobiliario a los 16 años. Una de ellas es la fidelidad al equipo, que en esencia, con sus hijos Felipa y Manuel como vicepresidentes, es el mismo desde hace muchos años.
De hecho, Jove ha encontrado en la casa al sustituto del apenas estrenado consejero delegado. El nuevo es Antonio de la Morena Pardo, un arquitecto madrileño de 44 años, que lleva 12 en Fadesa y que accede al cargo cuando parecía que su ascenso en la empresa había entrado en un remanso.
De la misma forma, el hombre que ocupaba el despacho al empezar el año, José Luis Macía, se mantendrá en el organigrama como asesor personal del presidente, un puesto que antes ocupaba en solitario José María Castellano y ahora compartirá además con el ex presidente de Repsol Butano, Manuel Guerrero. Parece que en la filosofía de la inmobiliaria Fadesa los cimientos importan más que la fachada.
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