Maragall renuncia a la ley electoral y a la de ordenación territorial en esta legislatura

Dos de los principales objetivos del Gobierno catalán, la nueva organización territorial de Cataluña en siete veguerías y la ley electoral, se han caído del calendario para este legislatura. El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, reconoció ayer este fracaso y anunció que, tal como están planteados en la actualidad, no habrá tiempo para aprobar los respectivos proyectos en lo que queda de legislatura.

La organización de la Administración catalana en siete veguerías, que sustituirían a las actuales cuatro diputaciones provinciales y eliminarían la superposición de divisiones administrativas, era uno de los principales puntos del programa del tripartito y fue motivo de una las más constantes críticas de los socialistas a CiU desde que el Gobierno de Jordi Pujol impulsó en 1987 la actual división comarcal e impuso la supresión de la Corporación Metropolitana de Barcelona (CMB).

De la nueva división territorial depende también, en principio, la futura ley electoral catalana, otro de los grandes objetivos del tripartito, porque debía sustituir a las provincias como circunscripciones para las elecciones autonómicas.

En el Pacto del Tinell

Maragall explicó ayer en una entrevista difundida por Catalunya Ràdio que no habrá tiempo en lo que queda de legislatura para llevar a cabo la consulta previa a los ayuntamientos para elaborar la nueva división territorial. Numerosos ayuntamientos han pedido al Gobierno que no les obligue a pronunciarse antes de las elecciones municipales sobre esta cuestión, que en muchas localidades es altamente polémica.

Las próximas elecciones municipales se celebrarán en la primavera de 2007. Las autonómicas deben celebrarse medio año después, en el otoño de 2007, salvo un adelanto que ayer Maragall descartó de nuevo. En cualquier caso, el presidente alegó que si la consulta a los ayuntamientos sobre la división territorial ha de llevarse a cabo después de la primavera de 2007, no habrá tiempo material para elaborar el proyecto y someterlo al Parlament.

Maragall dijo en la citada entrevista que es "más conveniente" entrar en el debate sobre la división territorial en la próxima legislatura, después de haber dedicado "tanta energía" a debatir en esta legislatura "la definición del país y su Estatuto".

Sin embargo, el problema principal que ha provocado el continuo retraso del debate sobre la organización territorial, hasta impedir que se resuelva en esta legislatura, ha sido la oposición de Esquerra Republicana (ERC). Y ello a pesar de que aceptó ambos objetivos al firmar el Pacto del Tinell.

Los republicanos se sienten cómodos tanto con la actual organización comarcal como con un modelo de circunscripciones electorales como el actual, que castiga a los electores de la provincia de Barcelona y sobrevalora el voto de las otras tres provincias, en particular la de Lleida.