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Solana, 'balón de oro europeísta'

A Javier Solana, Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad de la UE, no le gusta el fútbol, pero ayer jugó con muy buen estilo y su característica pasión en el acto entrañable en que recibió en Bruselas la medalla del Real Instituto de Estudios Europeos por su entrega a la causa de Europa. Fue el embajador de España ante la UE, Carlos Bastarreche, quien tuvo la fortuna de crear la metáfora futbolística en su parlamento introductorio. La medalla "es el reconocimiento al trabajo de cada día; no es el partido homenaje, sino el balón de oro, por el trabajo en activo", dijo el diplomático, abriendo un brecha por la que también entró el director del instituto zaragozano, Maximiliano Bernard, quien se descubrió ante la finta verbal del embajador. "Yo soy muy poco futbolista, aunque si deportista", respondió un Solana que arrastra un vieja lesión en la rodilla que no le impide volar cientos de miles, ¿o son millones?, de kilómetros al año expandiendo por el mundo la buena nueva de la idea de Europa. En la parte seria de los discursos, Solana se permitió discrepar de Bernard, que habló de cómo "la UE atraviesa su peor momento" por las imposiciones constitucionales de "los fundamentalistas del federalismo, los que creen que hay que abandonar los intereses nacionales y abrazar los europeos", visión que llevó al 'no' de dos países y que "de haber seguido el proceso ahora estaríamos en cinco o seis 'noes'". El Alto Representante, eterno optimista, replicó: "No estamos en la crisis más grave. Hay dificultades de crecimiento, pero no de marcha atrás, sino de marcha adelante". Para Solana, "no hay marcha atrás" en la construcción europea, porque "cualquier paso atrás sería una gran tragedia, un paso atrás para la paz en el mundo".-

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