Ahorro externo
En la balanza de pagos de 2005 destaca el elevado déficit por cuenta corriente, casi 70.000 millones de euros, cifra que representa el 7,6% del producto interior bruto (PIB), es decir, dos puntos más que en el caso estadounidense, al que se califica como insostenible. Es cierto que en el caso español, al pertenecer a un área monetaria integrada, el propio concepto de balanza de pagos y de déficit exterior pierde virtualidad (como no la tiene la balanza entre dos comunidades autónomas españolas), pero ello no quita importancia al desequilibrio de la economía española que el déficit corriente pone de manifiesto.
Ese desequilibrio entre compras y ventas al exterior tiene una contrapartida: el déficit de ahorro interno y la consiguiente necesidad de apelar al ahorro externo para financiar las inversiones en España. De dicho concepto genérico son, sin duda, las inversiones en adquisición de vivienda las que generan una mayor demanda de financiación exterior. A modo de ejemplo, las emisiones de instrumentos de financiación hipotecaria (cédulas y bonos de titulización), colocadas mayoritariamente en los mercados financieros externos, han sumado más de 80.000 millones en el año 2005, es decir, algo más que el mencionado déficit por cuenta corriente.
La balanza de rentas ha registrado en 2005 un déficit de 18.000 millones de euros, es decir, más del 2% del PIB
Esa apelación al ahorro externo tiene una primera derivada, y es la remuneración que al mismo hay que realizar, y cuya afloración contable en la balanza de pagos tiene lugar en la denominada "balanza de rentas". Ésta ha registrado en 2005 un déficit de 18.000 millones de euros, es decir, más del 2% del PIB, e irá creciendo conforme crezca el saldo de financiación captada en el exterior, a la que hay que pagar intereses, que a su vez contribuirán a generar un mayor déficit, y así sucesivamente. Por ello, la cuestión de si hay límites a la financiación exterior tiene que ver no tanto con un posible agotamiento del ahorro externo, sino con que seamos capaces de generar mayor rentabilidad que lo que nos cuesta dicho ahorro, que no se va a agotar.
Ángel Berges y Lara de Mesa son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas.
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