Juan Bosco, carmelita

Creador del Museo de Santa Teresa, que se abrió al público en 1999 tras casi dos décadas de trabajo en la recuperada cripta del convento de los Carmelitas Descalzos, construido en el siglo XVII sobre lo que fue casa natal de Teresa de Cepeda y Ahumada, el padre Juan Bosco San Román desarrolló una incansable y dilatada labor en la documentación y difusión de los dos místicos abulenses universales -santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz- desde el convento abulense, donde residía desde hace más de 30 años.

El museo, que fue un trabajo arduo y elaborado poco a poco, con sigilo, durante 16 años por los carmelitas, con el padre Juan Bosco a la cabeza, es una obra que perdurará en el tiempo y lugar de visita obligada para quienes llegan a una ciudad en busca de su poso místico. La labor pública del carmelita comenzó mucho antes. "No es un simple relicario", dijo del museo cuando fue inaugurado, "sino una muestra de la persona, la obra y el mensaje de una figura que no se marchita" por su proyección universal.

Pero ya mucho antes había comenzado a difundir a la mística, a la que admiraba: con motivo del cuarto centenario de la reforma de la orden femenina del Carmen, en 1962, acompañó por toda España al brazo incorrupto de santa Teresa que se conserva en el convento de Alba de Tormes (Salamanca), y seis años después trabajó para la conmemoración de la rama masculina.

La concesión a santa Teresa de Jesús del título de doctora de la Iglesia, en 1970, por el papa Pablo VI y el título que san Juan de la Cruz recibió de Juan Pablo II como patrono de los poetas de lengua española, en 1993, están unidos estrechamente a su labor, al igual que la visita del Papa a Ávila en 1982 y el cuarto centenario de la muerte de san Juan de la Cruz en 1991.

Junto al museo, el exhaustivo trabajo del padre Juan Bosco ha quedado también en los archivos y documentos del convento de los Carmelitas Descalzos y en numerosas publicaciones sobre esta temática.-