"Hay que ir a buscarle"

Los defensas del Madrid cargan con el recuerdo de los dos goles que les metió Ronaldinho en el Bernabéu. Dos jugadas exactas. Dos diagonales de izquierda a derecha para eludir a Salgado, Helguera, Sergio Ramos y Casillas. El rastro de destrucción y el aplauso unánime de su propio público todavía se revuelven en sus cabezas.

Cuando le preguntan por el genio de los dientes largos, Raúl Bravo se ríe y señala al otro flanco: "¡Qué se ocupen de él Sergio y Cicinho! Ronaldinho no entra por mi zona. Y, si lo hace, como no lleve una pistola...". Cicinho dice que sueña con su compatriota. Beckham, siempre atento, le ha ofrecido su pecho protector. Pero eso no espanta de su mente las advertencias de precaución de Juan Ramón López Caro, de la clase de técnicos que viven más pendientes de llamar al orden que de dar rienda suelta a la creatividad.

A la izquierda de Cicinho se colocará Sergio Ramos, que va camino de convertirse en un experto en materia de defender en inferioridad numérica. "A Ronaldinho hay que cogerlo en el medio campo", avisa; "los centrales tenemos que fijar la marca de Eto'o. Si nadie para a Ronaldinho en el medio y te encara con espacio, lo único que puedes hacer es ir al balón o al cuerpo. Fue lo que nos pasó en nuestro campo. Si viene en carrera con la pelota controlada, es muy difícil. Hay que chocar y hacerle falta antes de que pise el área o intentar quitársela si hay suerte".

Helguera también fue testigo directo del estropicio. El cántabro, que hoy no será titular, recuerda que en otras temporadas Salgado consiguió secar a Ronaldinho. "Hay que salir a buscarlo porque si le esperas y te encara con el balón controlado tienes pocas posibilidades de pararlo", asegura. "Aguantar la posición y retroceder es muy difícil porque te busca con mucha agresividad y tiene una habilidad impresionante. Además, no es el tipo de jugador que va al espacio. Le gusta conducir la pelota. Por eso, si avanzas y le encimas arriba, no corres tantos riesgos como si te quedas atrás. Hay que intentar pararlo arriba, cuando aún no se ha girado bien. Salgado lo hizo siempre. Salvando el último partido, siempre lo encimó contra la banda y no le dejó girarse. Este tipo de marcajes los hizo bien desde que se emparejó con Overmars".