_
_
_
_
Necrológica:EN MEMORIA DE UN HUMORISTA
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Mena, la línea clara

Mucho antes de inventarse el concepto Escuela de línea clara por los estudiosos investigadores del cómic, el dibujante humorista José Luis Martín Mena ya hacía línea clara en La Codorniz, sin saberlo, y descolocando mentalmente a los actuales historiadores del género que, con frecuencia, se mueven por esquemas estereotipados al clasificar a los humoristas gráficos españoles, siendo más fácil agruparlos a todos como herederos directos de don Francisco de Goya, Solana, el trazo gordo, la muerte, el toro, el chafarrinón, las botargas, el cartelón de coplas de ciego y el vinazo. Mena era limpio, claro e impoluto en el trazo, en el concepto y en la intención de la mayoría de sus dibujos; y lo que es más difícil, en un país de charlatanes era mudo en sus personajes de tinta china. Durante años, Abc publicó las peripecias sin palabras y casi surrealistas de su personaje Cándido, una de las tiras más antiguas de los periódicos españoles junto con el Don Celes de Olmo en la prensa del norte. Álvaro de Laiglesia, aquel humorista inteligente, tenía la teoría de que los humoristas eran como las banderillas, que se hacen de una en una y se ponen de dos en dos. Por eso, él, cuando amplió los colaboradores de La Codorniz de Miura, fichó juntos a Chumy y Munoa, y más tarde a Pablo (La oficina siniestra) y Mena. Unos binomios opuestos totalmente, como el aceite y el vinagre.

Se nos fue Mena. Yo le conocí en La Codorniz y nos hicimos amigos. Ya por entonces exportaba kilos de chistes blancos a toda Europa, cuando España sólo exportaba naranjas, aceite, damasquinados y tizonas de Toledo, y cuatro cosas más. Su firma era habitual en las publicaciones españolas -a veces transformaba la M de su apellido en una nota musical-, y obtuvo importantes premios, como La Paleta Agromán o el Mingote.

Últimamente, los de la revista humorística segoviana El Cochinillo Feroz le habíamos fichado, y él, generoso, nos enviaba estupendos artículos y dibujos claros, y todos acabábamos comiendo con Mena lechazo, tostón y buen vino tinto, ¡claro! Adiós, José Luis.

Antonio Madrigal es humorista gráfico

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_