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La asociación Miríadas y la ONCE elaboran una guía en braille para maltratadas ciegas

La violencia sexista causa lesiones crónicas al 90% de las mujeres que van a la organización

La asociación Miríadas ha impulsado la elaboración de la primera guía destinada a mujeres ciegas o con visión limitada que puedan estar sufriendo violencia machista. La guía ha sido publicada por la ONCE en lenguaje braille y en letras ampliadas. En sus páginas se encuentran consejos básicos sobre cómo puede actuar una mujer en caso de sufrir agresiones. La primera tirada se ha limitado a 50 ejemplares en braille, 50 en letras ampliadas, y 50 cintas de casete, pero que se aumentará según la demanda. Miríadas distribuirá el documento en todas las redes de trabajo que asisten a las víctimas de la violencia machista.

Luz acudió a una de estas redes para pedir ayuda. Luz no se llama Luz. Como la mayoría de las mujeres maltratadas prefiere esconder su nombre. Años de golpes y torturas no sólo marcan en el cuerpo, y a pesar de que el verdugo con el que se casó murió de cáncer hace tres años, Luz, de 44, sigue con el temor guardado bajo la piel. Ella también es deficiente visual, y por tanto una de las futuras beneficiarias de la Guía para la Mujer Maltratada,que la asociación de mujeres víctimas de los malos tratos Miríadas ha escrito y diseñado pensando en aquellas mujeres con discapacidad visual severa y ceguera. Un colectivo para el que el pozo de la violencia machista es todavía más oscuro y profundo.

Porque una mujer ciega es mucho más vulnerable en una situación de violencia. "Su capacidad de defensa es mucho menor y se ve lastrada por su dependencia de otras personas", explica Alicia Narciso, responsable de la guía y portavoz de Miríadas. A Luz no es necesario que se lo expliquen. "Mi marido aprovechaba mi problema para pegarme. También me tiraba las gafas lejos y a veces me las rompía, con lo que ya no veía nada", dice esta mujer, que vive con dos hijos adolescentes fruto de los 18 años de matrimonio.

Miríadas llevaba tiempo queriendo publicar un documento así, dedicado a este colectivo en concreto. Finalmente, encontró la excusa perfecta en el artículo 18.2 de la Ley Integral contra la Violencia de Género, "que garantiza el acceso a la información de todas las personas con minusvalía", recuerda la portavoz de la asociación, que se fundó hace casi cuatro años en Huelva y desde entonces no ha dejado de crecer. Actualmente cuenta con otra sede en Córdoba y en breve abrirán en Algeciras (Cádiz). Sólo en 2005, Miríadas atendió a más de 1.200 mujeres de toda España.

Cuando una mujer ciega recorra sus páginas con la yema de los dedos descubrirá herramientas útiles para actuar en situaciones de violencia machista. "Son cosas tan sencillas como que se tapen la cara y la cabeza, que se alejen lo más posible de la cocina, porque allí se encuentran los cuchillos, o que no dejen las llaves puestas en la puerta de casa, porque dificulta el acceso de la policía. También les ofrecemos estrategias para huir de casa si es necesario", destaca Alicia Narciso.

Todos son consejos que los pueden aplicar tanto mujeres videntes como invidentes. Con la diferencia de que, a estas últimas, nadie se había preocupado de informarlas por escrito antes. Así, gracias a este trabajo, las discapacitadas que estén pasando por el mismo infierno del que está saliendo Luz encontrarán una primera ayuda diseñada específicamente para ellas. "Utilizamos un lenguaje muy directo, muy sencillo y por tanto muy crudo. Les hablamos de mujeres víctimas a mujeres víctimas. No es una guía profesional sino llena de consejos directos y reales", explica la responsable.

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Discapacidades añadidas

"La demanda de publicaciones como ésta es mucho más alta de lo que la gente cree", continúa. Porque el maltrato no entiende de escalas sociales, ni de regiones, países o razas. Y tampoco de las condiciones físicas del agredido. "Nueve de cada 10 mujeres que acuden a nosotras sufren algún cuadro de este tipo causado por los años de maltrato", afirma la portavoz de la asociación. "Lo más frecuente son las sorderas provocadas por los golpes en la cabeza, también problemas de visión, además de reuma por la tensión constante que el miedo provoca en los músculos. Y por supuesto, problemas de índole mental que también incapacitan para trabajar", continúa Alicia Narciso.

De este infame universo de potenciales lesiones, a Luz le tocó una sordera, oculta en su oído derecho, bastante debilitado por las palizas. "Ahora estoy esperando para un audífono, pero es muy caro y mi marido, encima, me dejó con muchísimas deudas", explica Luz, que ha trabajado muchos años vendiendo cupones de la lotería de la ONCE. Ella ya está saliendo del pozo al que arrastró su marido, un hombre que en el lecho de muerte, en su hospital, seguía escupiendo insultos a su mujer. "Unas palabras, que si digo la verdad, dolían mucho más que sus palizas", sentencia.

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