El Consejo de Seguridad da un mes a Irán para que abandone su plan nuclear

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas dio ayer un mes de plazo a Irán para que proceda a un cese pleno y verificable de las actividades de enriquecimiento de uranio, y le pide que retome las negociaciones con el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) para establecer las bases de su programa nuclear civil. La declaración presidencial, suavizada, evita en esta fase hablar de sanciones para preservar la unidad.

El texto pactado tras tres semanas de intensas negociaciones por EE UU, Rusia, China, Francia y Reino Unido, y después ratificado por el resto de los miembros del Consejo de Seguridad servirá de base para la reunión ministerial que se celebra hoy en Berlín entre los cinco países con poder de veto más Alemania. Las seis potencias deben acordar la estrategia que seguirán en el futuro, en caso de que Teherán no responda al llamamiento de Nueva York.

Al encuentro de hoy está previsto que acudan la secretaria de Estado, Condoleezza Rice; su homólogo francés Philippe Douste-Blazy; el británico Jack Straw; el ruso Serguei Lavrov; el viceministro chino Dai Bingguo; y el alto representante de la UE, Javier Solana, con el ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, como anfitrión.

Se trata del primer toque de atención del órgano que vela por la paz y la seguridad mundial. "El mensaje es claro y fuerte. El programa iraní es inaceptable", dijo el embajador de EE UU, John Bolton, quien evitó predecir las acciones futuras. "Estamos determinados a que Irán no se dote del arma nuclear". Pero la declaración presidencial es de valor moral, a diferencia del carácter vinculante de la resolución. Y en esta fase no se contempla la amenaza de las sanciones, en un guiño por evitar la ruptura con Rusia y China.

En aras de la unidad, las potencias occidentales optaron por rebajar el tono del lenguaje del proyecto diseñado hace dos semanas por Francia y Reino Unido, con el apoyo de EE UU. A pesar de las concesiones hechas por las potencias occidentales, John Bolton dejó claro que el Consejo de Seguridad está listo para actuar en caso de que Irán incumpla.

A partir de ahí, se quiere pedir a Irán que cumpla con sus obligaciones y respete las resoluciones adoptadas por la OIEA, en las que se pide el cese "pleno" y "duradero" de toda actividad de enriquecimiento y reprocesamiento de uranio, que deberán verificar los inspectores de la agencia atómica de la ONU. Teherán tendrá 30 días para cumplir, frente a las dos semanas previstas en un principio. Es el plazo que se le ha dado a Mohamed El Baradei para que informe al consejo de gobernadores de la OIEA y al Consejo de Seguridad sobre los pasos dados por Irán.

Rusia, con el respaldo de China, quería evitar que se establecieran las bases para una futura acción sancionadora de la ONU. Para ello se retiró la referencia a la amenaza del programa iraní a la paz y la seguridad mundial, que podría utilizarse para convocar el Artículo 7 de la Carta, que contempla las sanciones. Moscú consigue además que se resalte el papel que desempeñan la OIEA en este proceso, lo que hace del programa iraní en este momento una cuestión más técnica que política, en contra de lo que buscaban Washington, París y Berlín.