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México exige una "solución integral" al problema migratorio

Los presidentes Fox y Bush analizan hoy en Cancún su principal contencioso bilateral

"La solución al problema migratorio tiene que ser integral y no sólo policial o judicial", advierte Rubén Aguilar, portavoz presidencial mexicano, en vísperas de la reunión que mantendrán hoy en el centro turístico de Cancún los presidentes Vicente Fox y George W. Bush. El Gobierno de México estima que ha hecho "todo lo que tenía que hacer" y que "ahora le toca al Congreso de Estados Unidos".

El documento México frente al fenómeno migratorio condensa "en lógica de Estado, no de gobierno", según Aguilar, los criterios esenciales sobre uno de los puntos de mayor fricción en las relaciones entre México y EE UU.

El mes pasado, el Gobierno mexicano publicó en los principales diarios estadounidenses un anuncio a toda página pagado, para difundir el documento distribuido previamente en México, en el que se compromete a frenar los flujos de emigrantes ilegales si Estados Unidos lleva a cabo una reforma migratoria. "México debe asumir la responsabilidad de velar porque todo aquel que decida salir del territorio nacional lo haga por canales legales", señala el texto elaborado por un grupo de legisladores, altos funcionarios del Gobierno federal, académicos, expertos y representantes de organizaciones sociales. Se trata del documento sobre política migratoria que ha logrado el mayor consenso posible en el terreno de las intenciones en el México actual.

El texto advierte, de entrada, que las acciones para abordar el fenómeno migratorio con los países vecinos deben guiarse "bajo el principio de responsabilidad compartida" y subraya la necesidad de "impulsar el desarrollo económico y social" en México, que permita que sus habitantes cuenten con mayores incentivos para permanecer en el país.

"México no promueve la migración indocumentada", asegura el documento, "y desea contribuir a encontrar soluciones que permitan enfrentar de mejor forma el fenómeno migratorio". Propone a las autoridades estadounidenses que a la hora de encarar una reforma migratoria se otorgue "una solución a la población indocumentada" (12 millones de personas, la mitad mexicanos) y se les permita integrarse plenamente a las comunidades donde radican, "con los derechos y obligaciones que ello implica".

Asimismo, el documento México frente al fenómeno migratorio destaca la importancia de "apoyar un esquema de trabajadores temporales con el mayor alcance posible, e insistir en que éste sea parte de un proceso más amplio que incluya la atención a la situación de los mexicanos indocumentados ya establecidos en Estados Unidos".

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Lógica económica

Algunas de estas inquietudes están recogidas en el proyecto aprobado el martes pasado por el Comité de Asuntos Jurídicos del Senado de EE UU, pendiente del debate en el pleno, que modera notablemente el texto, mucho más duro, aprobado con anterioridad por la Cámara de Representantes. "Es una buena señal que indica que la lógica económica se impone a la lógica de seguridad entre los legisladores estadounidenses", señala Rubén Aguilar.

Los buenos propósitos de las autoridades mexicanas de garantizar un flujo legal, seguro y ordenado de emigrantes, chocan con la dura realidad, que hace extremadamente difícil este objetivo. Así lo ha reconocido el secretario (ministro) de Seguridad Pública, Eduardo Medina-Mora, al señalar que México no está en condiciones de impedir el cruce ilegal de mexicanos a Estados Unidos, "en tanto no haya una reforma migratoria comprensiva, pues no estamos en posibilidad de tomar otras medidas distintas de las dirigidas a proteger la integridad física de nuestros migrantes".

El senador republicano John McCain, patrocinador del proyecto que recibió la luz verde el martes, ha pedido la colaboración mexicana para que la reforma migratoria llegue a buen puerto. "Nos deben ayudar protegiendo la frontera, y desarrollando incentivos para que la gente regrese a México en lugar de permanecer en Estados Unidos", precisó.

Aunque formalmente no figura en la agenda de la segunda reunión de la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte que comienza en Cancún, entre los gobernantes de México, Estados Unidos y Canadá, la cuestión migratoria estará encima de la mesa, sobre todo en la reunión bilateral de esta tarde entre los presidentes Fox y Bush.

Más tarde, cuando se incorpore el nuevo primer ministro canadiense, Stephen Harper, tocará hablar de comercio, inversiones, cooperación y seguridad regional. En otras palabras, será el momento de evaluar una vez más los éxitos y fracasos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte firmado por los tres países en 1994.

Una voluntaria médico atiende a un inmigrante irregular en Arizona.
Una voluntaria médico atiende a un inmigrante irregular en Arizona.AP

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