El juez encarcela a uno de los dos colaboradores de ETA detenidos tras el alto el fuego
El juez Fernando Andreu decretó ayer la prisión incondicional de Luis Samuel de Damborenea Apraiz, detenido el pasado lunes en Bilbao, por considerar que colaboró con el comando Ezkaurre de ETA para planificar el atentado efectuado contra dos agentes de la Ertzaintza en el puerto alavés de Herrera el 14 de septiembre de 2003. Dos agentes resultaron heridos y uno de los etarras, Arkaitz Otazua, murió en el intercambio de disparos.
El magistrado, tras tomar declaración a Damborenea, ordenó su prisión por dos delitos de asesinato terrorista en grado de tentativa y otro de colaboración con organización terrorista.
El juez ha considerado que las pruebas existentes en la causa, el ADN encontrado en las colillas de varios cigarrillos en el cenicero del coche utilizado por los miembros del comando, y las huellas dactilares que Damborenea dejó en un papel, son suficientes para inculparle.
El juez Andreu ha dejado en libertad al otro detenido, Daniel Yaniz, aunque con comparecencias quincenales, por entender que su participación en estos delitos es menor.
Según el auto, "los presuntos integrantes del autodenominado comando Ezkaurre de ETA, Arkaitz Otazua, Asier Mardones, Josune Oña y Urtzi Gainza, contando con la colaboración de Luis Samuel de Damborenea, con la finalidad de contribuir a los fines de la banda armada a la que pertenecen, planearon cometer el asesinato de agentes de la Policía Autónoma Vasca (Ertzaintza), para lo cual se reunieron en un domicilio propiedad de los padres del primero, sito en (...) la localidad de Entrena (Logroño)".
Falso accidente
El auto relata que el 14 de septiembre de 2003 fueron hasta un lugar denominado El balcón de La Rioja, en el término municipal de Lagrán (Álava), donde suelen acudir excursionistas, con la finalidad de robar un vehículo. Los etarras se apoderaron de un Fiat Uno pistola en mano.
A continuación se dirigieron al alto de Herrera, desde donde llamaron a la central de emergencias SOS Logroño, indicando que habían tenido un accidente al colisionar con un animal y destacando que el coche estaba dañado y que bloqueaba la calzada.
Los servicios de emergencia se pusieron en contacto con la Comisaría de la Ertzaintza, en Laguardia (Álava), que envió una patrulla compuesta por dos agentes. Al llegar al lugar y aproximarse al vehículo supuestamente averiado, los terroristas abrieron fuego contra los agentes. Los ertzainas repelieron la agresión, y resultaron heridos. En el tiroteo resultó muerto el etarra Arkaitz Otazua.
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