Educación en hábitos y valores ecológicos

En el colegio de infantil y primaria Santa Teresa de Jesús, en Siles (Jaén), los hábitos ecológicos y los valores en torno a la relación del ser humano con su entorno natural son tan importantes, o más si cabe, que las materias con las que se han de enfrentar cada curso los más de 250 alumnos del centro. Pequeños detalles como contar con un jardín botánico, sacar las clases al campo para conocer de cerca las plantas o los árboles, disponer de papeleras para separar el plástico del papel o de material escolar elaborado con folios reciclados forman parte de la rutina diaria.

La suma de esos hábitos le da una seña de identidad propia al centro y lo hace diferente del resto. El centro de Siles es una de las 194 ecoescuelas que hay en Andalucía, unos centros en los que se pretende facilitar la integración de la educación ambiental en el sistema educativo andaluz.

Ecoescuelas es un programa de ámbito internacional coordinado por la Fundación Europea de Educación Ambiental (FEEE) y desarrollado en España por ADEAC (Asociación de Educación Ambiental y el Consumidor). En Andalucía, las ecoescuelas, que forman parte del programa de Educación Ambiental ALDEA, echaron a andar en el curso 1998-99 y, desde entonces, ha sido progresiva la incorporación de centros. Las 194 ecoescuelas están repartidas en Sevilla (37), Cádiz (32), Málaga (30), Granada (23), Córdoba (21), Jaén (18), Almería (17) y Huelva (16).

En reconocimiento a aquellos centros que consiguen determinados niveles de mejora, el programa Ecoescuelas contempla la concesión por un periodo de tres años de una distinción: el galardón Bandera Verde de Ecoescuelas, un sello de calidad que identifica a los centros que sean un modelo de coherencia ambiental. De las 194 ecoescuelas que hay en Andalucía, sólo 21 tienen la bandera verde, aunque la Consejería de Educación prepara para el mes de mayo 19 nuevas distinciones.

De alguna manera, los centros deben superar una auditoria ambiental, que incide, por ejemplo, en aspectos como el volumen de agua gastada en el centro, el tipo de productos de limpieza y de laboratorio usados y su grado de toxicidad, la recogida selectiva de residuos, la utilización de fuentes de energía renovables, el tipo de transporte utilizado para acudir al centro, el uso y cuidado de las instalaciones, la convivencia en el colecio o la diversidad cultural del alumnado.

"Nosotros apenas tenemos conflictos de convivencia y los alumnos adquieren mayores responsabilidades en su vida cotidiana, lo que repercute también en su ámbito familiar y social", asegura Encarnación Frías Martínez, coordinadora de la ecoescuela del colegio Santa Teresa de Jesús de Siles.

Sin embargo, las ecoescuelas andaluzas demandan más recursos, como se puso de manifiesto en el encuentro provincial celebrado la semana pasada en Jaén. "Contar con una bandera verde está muy bien, pero más importante aún es disponer de los recursos necesarios para llevar adelante el programa, necesitamos más ayudas e incentivos, como por ejemplo contar con un laboratorio", subraya Frías. Y añade: "La educación ambiental es muy importante, y la Administración debería implicarse en mayor medida".

Miguel Ángel Martínez, director del centro de profesores de la Sierra de Segura, en Orcera (Jaén), cree que con este programa "se estimula en las futuras generaciones el hábito de participación en los procesos de toma de decisiones, y conciencia de la importancia del medio ambiente en el día a día de su vida familiar y social y en la cooperación internacional". Para ello, se creó la figura del comité ambiental, formado por representantes de toda la comunidad educativa, desde alumnos, profesores, madres y padres a representantes del Ayuntamiento y de otros colectivos sociales del municipio.