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Crónica:LA CRÓNICA
Crónica
Texto informativo con interpretación

Ojalá

"Ojalá".

El deseo de Roberto Manrique (Barcelona, 1963) suena denso esta tarde en el Hipercor de Sant Andreu. Ha vuelto muchas veces al lugar donde aquel 19 de junio de 1987, a las cuatro de la tarde, estalló el combinado de amonal, cola de impacto, gasolina y metralla, colocado por ETA en el aparcamiento del segundo sótano, que segó la vida de 21 personas y dejó una cuarentena larga de heridos. Él estaba en la trastienda de la carnicería donde trabajaba. Ese día le había cambiado el turno a un compañero, pues normalmente acudía por las mañanas. Cuestión de mala suerte: el terrorismo siempre contiene una dosis impúdica de mala suerte.

"Ojalá".

La explosión dejó a Manrique en blanco. Recuerda que vio pasar a la velocidad del destello la película de su vida, a la sazón de 24 años. Luego se dirigió a la escalera de emergencia que conducía a la calle. Por el camino recogió el cuerpo de Asun. "Lo cargué al hombro, como una pieza de cordero". Ya en la calle cogió un taxi. No fue hasta días después, cuando se aprestaba a entrar en el quirófano para ser atendido de las múltiples quemaduras, que cayó en la cuenta, por un comentario escuchado al vuelo, de que había sido ETA.

La Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas ve con esperanza el alto el fuego permanente de ETA

"Ojalá".

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Ante la plaza de aparcamiento donde quedó estacionado el letal Ford Sierra de color rojo cargado con los 300 kilos de explosivo que llegaron a producir temperaturas de 2.800 grados, Manrique bromea: "El Sierra era un coche cojonudo". Hacía cosa de medio año que no volvía a este escenario. Diversos empleados y clientes del supermercado le reconocen por su condición de portavoz de la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (ACVOT). Uno de los que le saludan es Ramon Comas, cuya cuñada y hermano resultaron heridos, el hermano con el 92% del cuerpo quemado. "En el hospital tenían que darle las inyecciones en la planta de los pies, la única zona sin quemaduras". "Ojalá nadie vuelva a pasar por ello".

"Ojalá".

Manrique sufrió dos operaciones y complicaciones hepáticas de importancia. Entre baja y baja volvía a trabajar a la carnicería. "Lo que menos soportaba era la gente. El agobio de que te preguntaran todo el tiempo sobre el atentado". No obtuvo la incapacidad laboral hasta 1994: un calvario de siete años para que le reconocieran jurídica y socialmente la condición de víctima. Pero Manrique ha aprovechado la experiencia: hoy lidera una asociación que da amparo a 600 familias de afectados de hasta 17 bandas terroristas distintas (GRAPO, Terra Lliure, grupos islamistas y de ultraderecha, etcétera) y que organiza actos como las Primeras Jornadas Jurídicas sobre Terrorismo y Víctimas, que tendrán lugar este miércoles y jueves en el Colegio de Abogados de Barcelona. A la clausura asistirán Pilar Manjón, Maite Pagazaurtundúa y Gregorio Peces-Barba.

"Ojalá".

Roberto Manrique no obtuvo hasta mayo del año pasado la primera ayuda oficial de la Generalitat. "La consejera Tura pasó una tarde con nosotros, y vio cómo funcionábamos". Increíble, pero cierto. Ocurre que antes las víctimas catalanas estaban agrupadas en una delegación territorial de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, de manera que las ayudas había que solicitarlas en una ventanilla a más de 600 kilómetros. Si no fuera cierto, parecería un chiste de Forges. O de Ops en Hermano Lobo, de tan corrosivo. Los nacionalismos suelen producir este tipo de comicidades siniestras. Pero en junio de 2003, se creó la ACVOT, el mismo día que en la confluencia de la Meridiana con Fabra i Puig y Rio de Janeiro surgía el monumento a las víctimas, del escultor americano Sol LeWitt (un monumento hoy profundamente maltratado por las palomas). Era el inicio de un reconocimiento oficial que había tardado tres lustros en llegar.

"Ojalá".

"Ojalá esta vez sea la de verdad. Tenemos que irnos con cuidado, porque en 1998 fue una tregua trampa. Pero también tenemos derecho a la esperanza. Hemos de ser muy cuidadosos para mantenernos al margen de la política, para no ser utilizados. En nuestra asociación hay víctimas de todos los lados".

Ojalá.

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