Incendio en Guadalajara
La madrugada del lunes 20 de marzo, Valfermoso de las Monjas (Guadalajara) amanecía a las cuatro de la madrugada asustado por los gritos de algunos de sus vecinos, que pedían ayuda para apagar un fuego que se inició minutos antes en el número 13 de la calle Real y ya se extendía al número 11. La gente del pueblo se puso en marcha, pero las mangueras del Ayuntamiento carecían de la presión suficiente y los bomberos no llegaron hasta pasadas las cinco, pues venían de Sigüenza (a más de 60 kilómetros) y Azuqueca de Henares (a 55). El resultado final del siniestro fueron dos casas calcinadas y dos tejados semidestruidos, bien porque se quemaron o porque los bomberos hicieron un cortafuego con las tejas. El objetivo de esta misiva no es criticar la tardanza de los bomberos, que se comportaron de manera ejemplar y arriesgaron sus vidas por apagar el fuego, sino condenar el abandono que pueblos como el nuestro padecen. El pasado verano, las autoridades prometieron intervenir y crear retenes ante la muerte de 11 bomberos en la provincia, pero aún no se ha hecho nada. Esperamos que las promesas políticas no queden en papel mojado.
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