"No quiero dedicar mi vida sólo al cine"

En Colombia ha arrasado. Rosario Tijeras, basada en la novela del mismo título de Jorge Franco, en la que se aborda la vida de una sicaria en pleno apogeo de los carteles de la droga, a finales de los ochenta, se ha convertido en un fenómeno en su país. Unax Ugalde, protagonista masculino de la película, que se estrenará en mayo en España y que se presentó el pasado domingo en el Festival de Cine Español de Málaga en la sección Territorio Latinoamericano, destaca por su excelente interpretación de un muchacho tímido de la clase alta colombiana, enamorado perdidamente de la novia de su amigo del alma.

"Tengo la cabeza llena de recuerdos de Colombia, y en especial de Medellín, donde se rodó la película. Se me quedó marcada una calle plagada de funerarias, un negocio flamante en esos años; o una iglesia tiroteada desde un helicóptero que parecía un queso gruyère; pero, sobre todo, será difícil que consiga borrar de mi cabeza la imagen de un niño de tres años que cortaba leña con un machete para alimentar el fuego de la casa", contó el actor, que forma parte también del reparto de Alatriste, de Agustín Díaz Yanes, y de Los fantasmas de Goya, de Milos Forman.

"No olvidaré la imagen de un niño de tres años cortando leña con un machete para alimentar el fuego de la casa en Medellín"

"Supongo que el éxito está relacionado con la crudeza y el respeto, sin discursos gratuitos, con que se trata el ambiente del sicariato"

"Estoy contento de haber participado en 'Alatriste', una película española que contaba con tiempo y presupuesto para rodar dignamente"

"No me puedo quejar: todavía me planteo el cine como una forma de aprendizaje, y en poco tiempo he trabajado con gente muy buena"

Atuendo deportivo, incluidas unas playeras con dibujo de damero, y una gorra de rayas, Unax Ugalde (Vitoria, 1978) luce melena y poblada barba, una imagen nueva en este actor, que posiblemente responde a un papel en fase de preparación, aunque él evite contestar y se limite a sonreír cuando se le pregunta. Mejor centrarse en Rosario Tijeras, la película de Emilio Baillé, y el motivo por el que se encuentra en Málaga. Cocaína, asesinatos y sexo marcan la vida de una clase emergente, recién salida de las comunas de Medellín, ubicadas en las montañas que rodean la ciudad, donde se hacinan sus habitantes en viviendas de ladrillos y calles sin asfalto, donde la policía nunca es bienvenida. Parte de la película se rodó en algunas de esas comunas, controladas por sus propios habitantes, donde "he encontrado a gente maravillosa que, en su pobreza, se desvivía por invitarnos a arepas con queso", cuenta ahora Ugalde, para quien el gran reto como intérprete ha sido "conseguir un acento creíble". El actor pasó cuatro meses viviendo en Medellín, dedicado casi exclusivamente a conseguir un acento paisa (la manera de hablar de los colombianos de Antioquia) creíble. Empezó con clases particulares y acabó con tres profesores de la universidad bolivariana.

El resultado es una interpretación impecable, alabada sobre todo en Colombia, donde la película se ha convertido en el filme de esa nacionalidad más visto en la historia de ese país. "El éxito", argumenta Ugalde, "supongo que está relacionado con la crudeza y el respeto, sin alardes innecesarios y sin discursos gratuitos, con que se trata el ambiente del sicariato, una historia que tuvo mucho calado en ese país en unos años y que, afortunadamente, ya parece en vías de solución". Como una muestra del cambio que se está viviendo en la sociedad colombiana, Ugalde cuenta que ahora sería casi impensable contemplar por las calles de Medellín, o de cualquier otra ciudad donde los carteles de la droga mandaban, las caravanas de amigos rumbeando con el sicario al que la balacera le salió del revés y le pagaron con la misma moneda.

Rosario Tijeras, según se describe en la novela, publicada en España por Mondadori, se convirtió en un personaje legendario en el ambiente de las comunas. Hubo muchas chicas como ella, y tanto el filme como la obra representan bien a todas las Rosarios Tijeras del momento. Se cuenta que era novia de Pablo Escobar y que cobraba un millón de dólares por polvo y otro por matar, pero realidad y ficción se juntan y es difícil saber cuál es el hilo que separa a ambas. "En el cementerio donde rodamos parte de la película se decía que estaba enterrada la verdadera Rosario Tijeras, y lo contaban con orgullo, como cuando se habla de un héroe de barrio, pero por supuesto nunca llegamos a ver su tumba", recuerda Ugalde.

El papel de Antonio, narrador de la historia, y elemento clave en el trío protagonista del filme, le llegó mientras participaba en una charla en el Festival de Guadarrama. "Fue el productor quien me propuso ese día el papel de una historia que desconocía completamente". Lo primero que hizo fue comprarse la novela y leerla de un tirón. Antes de acabar la obra ya se había enamorado del personaje, un chico tímido y débil al que sus amigos utilizan sin reparos. "No tengo ningún interés en personajes complicados; es el cine el que parece necesitarlos; yo me limito a interpretarlos", comenta el actor.

Ugalde parece encontrarse en uno de los mejores momentos de su carrera. A la vuelta de Colombia se incorporó al rodaje de Alatriste, dirigida por Agustín Díaz Yanes e interpretada por Viggo Mortensen. Fueron meses intensos tanto en lo físico como en lo mental. Esta vez se trataba de un papel de gran esfuerzo que hacía imprescindible profundizar en sus ligeros conocimientos de esgrima para estar a la altura del capitán Alatriste. "Nos instruyó Bob Anderson, seleccionador de la selección inglesa en los sesenta y maestro de Errol Flynn y de algunos de los personajes de la saga de La guerra de las galaxias", dice Ugalde, contento de haber podido participar en una película española en la que se contaba con "tiempo y presupuesto" para rodar en condiciones dignas.

El rodaje de Alatriste le ha permitido intimar con Mortensen, un actor del que "se puede aprender mucho, especialmente dotado para la acción, y un buen compañero". De lejos veía también al escritor Arturo Pérez-Reverte, en algunas de las visitas ocasionales que el creador de Alatriste realizó al rodaje. "Era muy discreto. Se limitaba a observar y hablar, de vez en cuando, con el director. Nunca hablé directamente con él, pero Díaz Yanes nos transmitió que estaba contento y que le gustaba la marcha que llevaba la película, lo que nos daba bastante confianza".

Tampoco hace demasiado tiempo que se desprendió de los vestidos de época con los que participó en Los fantasmas de Goya, la película que Milos Forman ha rodado en España, con Javier Bardem y Natalie Portman. "La verdad es que no me puedo quejar. En estos momentos, todavía me planteo el cine como una forma de aprendizaje, y en poco tiempo he trabajado con gente muy buena", argumenta el actor.

Hace apenas unos años, Ugalde todavía estudiaba arte dramático en la localidad bilbaína de Basauri. Su vida ha dado un vuelco en muy poco tiempo. "Antes salía de casa en Vitoria a las seis de la mañana y tenía que subirme a ocho trenes, entre ida y vuelta, para asistir a las clases", recuerda. Todo cambió el día en que leyó un cartel pegado con chinchetas en el corcho de la escuela: "Se necesita chico de 15 a 17 años para un papel". Sin dudarlo se presentó al casting y consiguió un puesto en la serie para la televisión vasca Entre dos fuegos. La televisión, como para muchos actores representantes de las nuevas hornadas del cine español, fue su trampolín, pero aquello fue el inicio de una carrera brillante que no ha hecho más que empezar. Hace ocho años que se mudó a vivir a Madrid y le llueven los guiones.

Ugalde destacó en su interpretación de marginado con buen rollo en Héctor, la película de Gracia Querejeta, pero aclara que el papel más duro de su carrera ha sido en Cámara oscura, una película de Pau Freixas rodada en su mayor parte en un barco y en la que tuvo como compañera de reparto a Silke.

Pero el éxito no parece nublar la mente de este joven intérprete que confiesa tener muchos registros. "No quiero dedicar mi vida sólo al cine. Me gusta mucho oxigenarme con otras cosas". De momento, se prepara para sacarse el carnet de patrón de barco.