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Directores y actores reivindican el cine musical porque permite "cierta libertad"

El género, de escasa tradición en España, despierta un creciente interés

El cine musical está de moda en España desde que hace seis años Emilio Martínez Lázaro triunfara en Málaga y reventase la taquilla con El otro lado de la cama, éxito que ahora ha refrendado con la secuela, Los dos lados de la cama. Directores y actores reivindicaron ayer este género de escasa tradición en España, pero que permite "cierta libertad" y dosis de improvisación que otros, y lo hace a la vez "muy divertido".

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El creciente interés del público por el cine musical se evidencia en el aumento de la producción de películas de este género, con dos ejemplos muy recientes, la citada Los dos lados de la cama y Camarón, de Jaime Chávarri, director que cuenta en su haber con otros tres trabajos anteriores de éste género -Las cosas del querer I y II, y Sus ojos se cerraron y Camarón-.

Los directores Martínez Lázaro y Chávarri, y los actores María Esteve y Manuel Bandera reivindicaron ayer el cine musical como un género "divertido" que permite tanto a directores como actores "improvisar y gozar de una cierta libertad que otros géneros no toleran", indicó Chávarri.

El director de Las bicicletas son para el verano lamentó que en España no exista una gran tradición de cine musical como ocurre por ejemplo en Estados Unidos, algo que achacó al tufillo que dejó como herencia el cine "de copla y folclore" que tanto abundó durante el franquismo.

De encargo

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Animó a los cineastas a aventurarse con este género dejando a un lado el miedo al fracaso: "Con Las cosas del querer me divertí muchísimo. Fue una película de encargo y aunque al principio dudé, luego me dije que para que la hiciera otro mal, ya estaba yo".

Chávarri y Martínez Lázaro resaltaron que la falta de experiencia con este género hace más complicados los rodajes, además de encarecer el producto por tener que pagar derechos de autor por las canciones, por las clases de baile y cante que han de tomar los actores y por requerirse más medios para el rodaje de los números. Martínez Lázaro contó que en Los dos lados de la cama "cambiamos la historia por completo, porque al principio nos proponían incluir canciones en play-back de Raphael o el Dúo Dinámico que no había forma de hacer cuadrar con la historia".

El realizador confesó que se animó a filmar la segunda entrega de la exitosa El otro lado de la cama "después de ver a Woody Allen triunfar con Todos dicen i love "pese a lo mal que actuaron todos los actores de esa cinta, incluida la bellísima Julia Roberts".

Ambos directores coincidieron en que el único secreto para gustar al público es conseguir que los números musicales o las canciones no chirríen y entorpezcan el desarrollo de la historia que se quiere contar.

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