Con acento andaluz

Para los actores malagueños Manuel Bandera y María Esteve su participación en películas musicales ha sido toda una bendición, al igual que para otros actores andaluces, que han visto como sus carreras se revitalizaban tras participar en musicales, como las sevillanas Paz Vega (El otro lado de la cama) y Verónica Sánchez, que tras hacerse famosa con la serie televisiva Los Serrano ha dado el salto a la pantalla grande con dos papeles de coprotagonista en los que pone a prueba su voz (El calentito, de Chus Gutiérrez y Los dos lados de la cama, de Emilio Martínez Lázaro).

El actor recordó cómo su papel del cantaor malagueño Miguel de Molina en las dos entregas de Las cosas del querer le supuso meter cabeza en el cine, además de proporcionarle una base y formación que le ha servido durante toda su carrera. "Yo era un jovencito inconsciente cuando me llamaron para ese rodaje. Tuve que tomar clases de baile y canto durante cuatro meses y creo que el resultado no fue malo", recordó.

Bandera interpretó coplas de la época junto a Ángela Molina, que pese a haber nacido en Madrid asegura ser más andaluza que madrileña. La química personal entre el actor malagueño y la actriz hija de Antonio Molina fue una de las claves del éxito de las dos películas de Jaime Chávarri

Por su parte, Esteve recordó que desde niña su sueño había sido participar en un musical. Para ello aprovechó llevar en los genes el gusto por el baile y el canto -es hija del bailarín Antonio Gades y de la actriz y cantante Pepa Flores- y se preparó a conciencia a la espera de que se le presentase una oportunidad. "Me enteré de que Emilio iba a rodar El otro lado de la cama y lo llamé. Ese papel ha sido el regalo más grande de mi carrera", explicó la malagueña, que recordó entre risas que Martínez Lázaro "hasta lloró" cuando vio a los actores cantar y bailar en los primeros ensayos.

Otros dos andaluces, el director malagueño Ramón Salazar (Piedras) y la actriz también malagueña Mónica Cervera se cayeron ayer del cartel de este encuentro que la organización del festival dedicó al emergente género musical en España. Ambos son un ejemplo más de ello y han triunfado recientemente con 20 centímetros, uno de los últimos musicales de cosecha española.