El ex alcalde de Salteras amenazó a su mujer con matarla cuando le pidió la separación
Carlos González-Eiris dice ante el tribunal que le juzga que es "inocente de todo"
"O te meto en un psiquiátrico o te mato", le dijo el ex alcalde de Salteras (Sevilla), Carlos González-Eiris, a su todavía esposa, Rosa Carmona, el día que descubrió que buscaba un abogado de oficio para separarse. Así lo manifestó ella ayer ante el tribunal que juzga a González-Eiris por los supuestos delitos de malos tratos habituales, agresiones sexuales, amenazas y lesiones. Carmona relató que llegó a cogerla por el cuello y a arrinconarla contra la pared hasta que lo separó su hijo mayor. El fiscal solicita para Carlos González Eiris 11 años de cárcel y la acusación particular 18.
En los últimos cuatro meses de convivencia él le anunciaba que la haría pasar por loca. "Yo no puedo perder la alcaldía", contó la víctima que le decía su marido. El ex alcalde socialista de Salteras lo negó todo y manifestó, sin alterarse y repetidas veces, que "las actitudes amenazantes e insultantes" eran de ella hacia él. "Soy inocente de todo", enfatizó ante los periodistas. González-Eiris contestó a las preguntas de su abogado a puerta cerrada.
Rosa Carmona contó como sus casi 20 años de convivencia fueron una relación de sumisión de ella y dominio de él. "Me casé para toda la vida, para formar una familia pero la relación se fue apagando desde que mi hijo mayor tenía seis o siete años", dijo. A preguntas del fiscal y de la acusación particular detalló cómo la obligaba a mantener relaciones sexuales de madrugada. "Llegaba alegre y me daba patadas en la espalda para obligarme", narró. Y durante el día le repetía que ella sólo servía para limpiar: "Eres la fregona de la casa, calla y limpia que para eso te pago".
"Hasta que le cogí miedo y un asco que no lo podía ni ver", añadió. En enero de 2001, Carmona decidió irse al sofá del salón a dormir y le dijo que quería separarse. En los meses que siguieron él se mostró más violento que de costumbre y trató de hacer creer a su familia que Rosa estaba trastornada, que desatendía la casa y a los hijos y que necesitaba que la ingresaran en un psiquiátrico, según dijo la víctima y corroboró su padre, José Carmona, quien declaró como testigo. La mujer compareció durante la vista separada de su marido por una mampara.
González Eiris manifestó ante los jueces de la Sección Cuarta de la Audiencia de Sevilla que "ese talante no es de Carlos González". Negó que la llamara "criada" o "fregona". Dijo que jamás la había agarrado por el cuello y manifestó que las relaciones sexuales siempre fueron de mutuo acuerdo. "Yo siempre la he tratado correctamente porque la he querido siempre y ella siempre decía lo que se hacía en mi casa", explicó. González-Eiris manifestó que su mujer estaba "desequilibrada" y que él le recomendó un médico.
La víctima también relató cómo su marido le rompió la solicitud que presentó en el Ayuntamiento para pedir un abogado de oficio. Un extremo que confirmaron varias responsables del Instituto Andaluz de la Mujer que declararon como testigos y que relataron que la mañana que Rosa iba a dejar el domicilio conyugal su marido la encerró con llave. El ex alcalde se enfrenta a otro procedimiento por esa supuesta detención ilegal y por haberla ingresado luego en la Unidad de Psiquiatría del Virgen del Rocío sin razones médicas que lo justificaran, según certificó el forense judicial.
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