Los jefes policiales afirman que la bolsa bomba estuvo siempre bajo control

Los principales responsables policiales de la investigación del 11-M, el peor atentado en la historia de España, han asegurado a EL PAÍS que en ningún momento se perdió el control policial de la bolsa bomba que fue desactivada y que condujo, junto a otras pruebas halladas en los escenarios de la matanza, hasta los autores. También descartan, en la reconstrucción de la investigación que han hecho para este periódico, que haya una sola prueba que relacione los hechos con la banda terrorista ETA.

Un comisario, dos inspectores jefes y dos subinspectoras de la Unidad Central de Inteligencia y de la Unidad Central de Información Exterior han explicado que, tras dos años de investigación, están seguros de que los autores de los atentados de Madrid son los siete terroristas islamistas que se suicidaron en un piso de Leganés, más algunos que están presos por esta causa.

Respecto a la bolsa bomba desactivada en Vallecas, que el PP ha puesto bajo sospecha, los investigadores, que trabajaron con el Gobierno del PP y ahora con un Ejecutivo socialista, aseguran que nunca se perdió el control sobre esa prueba. "Se ha obtenido [la prueba] sin vulnerar derechos fundamentales, sin actuaciones ilícitas. Incluso si se hubiera roto la cadena de la custodia, que en absoluto ha sido así, tampoco se invalidaría lo obtenido a partir de esa prueba".

Indignado por las conjeturas difundidas al respecto, otro inspector sentencia: "Así que asunto resuelto hasta que se inventen otra cosa".

Los investigadores aseguran que el múltiple suicidio de Leganés, 23 días después del atentado, "es el punto de conexión de todo, cierra el círculo, encaja todas las pruebas".