Custodia compartida e igualdad
Cada vez somos más los padres que deseamos criar y educar a nuestros hijos e hijas desde la igualdad con sus madres, vivamos o no con ellas. Al mismo tiempo, una infranqueable y dolorosa barrera legal nos impide llevar adelante ese ejercicio cotidiano de praxis igualitaria. Esto es así porque en nuestro país, tan avanzado afortunadamente en otros aspectos que tienen que ver con las nuevas formas de entender las relaciones sentimentales y familiares, no se ha optado por la fórmula de la custodia compartida universal y automática, vigente en lugares tan poco dudosos como Suecia o Francia.
Y es aquí donde aparecen las dos grandes paradojas que algún día las fuerzas progresistas del actual Parlamento y algunas organizaciones dizque feministas quizá nos desvelen: ¿por qué en España se mantiene la custodia en exclusividad para las madres? ¿Por qué lo que defienden las organizaciones feministas del resto de Europa, la custodia compartida, no es, para algunas asociaciones sobrerrepresentadas en el debate, válido aquí? Afortunadamente, la carta que firman Empar Pineda y 200 mujeres más en EL PAÍS permite una luz a la esperanza de un futuro más igualitario. Gracias, muchas gracias, a todas las firmantes y redactoras de dicha carta; hoy habéis deshecho una de las paradojas: otro feminismo es posible. Ojalá el Gobierno también lea vuestra carta.
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