"Esto nos hace mucho daño"

Raúl, como ciertos matadores de toros, cultiva el ahorro gestual. Su rostro tiene la tersura reposada y suave de una figura de cera. Así salió ayer de la ducha. Con el pelo mojado como único signo distinguible de alteración física. Le esperaba un enjambre de cámaras de televisión que al iluminarlo con un chorro de luz directa revelaron unos ojos oscuros y angustiados. En la distancia corta, el capitán del Madrid fue incapaz de ocultar una mirada de desolación. En toda su carrera Raúl no ha vivido un momento tan difícil. Desde su irrupción en el campeonato, hace más de una década, nunca se había sentido tan cuestionado como futbolista. Desde su ángulo particular, el partido que hizo ante el Betis no le sirvió para lanzar mensajes de optimismo a sus adeptos. En el aspecto colectivo, Raúl no se mostró más animado.

"Queríamos ganar estos tres partidos [Betis, Zaragoza y Deportivo] para llegar al Camp Nou con posibilidades de recortarle puntos al Barça y ponernos a tiro de la Liga", lamentó Raúl. "Nos entrenamos toda la semana con mucha ilusión por hacer algo importante contra el Betis, pero a la hora de la verdad no pudimos hacer el partido que quisimos"

"Hay que ser realistas", prosiguió Raúl; "la Liga está muy complicada. Pero no vamos a bajar los brazos y vamos a pelearla mientras queden posibilidades matemáticas".

Raúl, que ayer ocupó el puesto de Ronaldo en la punta, afronta estos partidos como una prueba de nivel para el Mundial de junio. Es perfectamente consciente de que la Liga está perdida salvo accidente. Sabe que quedan 10 jornadas y el Barça tiene 11 puntos de ventaja, lo que obligaría al Madrid a recortar más de un punto por jornada. Esto es prácticamente imposible y el discurso de Raúl, como el del resto de jugadores, responde a un principio de prudencia diplomática más que a un principio de franqueza.

El vestuario del Madrid está deprimido, sin objetivos apetecibles a medio plazo en el plano deportivo, y en un clima de desintegración institucional que expone a los jugadores a sus responsabilidades de forma extraordinaria. Ayer Casillas no hizo tanto hincapié en luchar por el título como por evitar quedarse fuera de la Liga de Campeones, que es lo que se teme. "Lo único que nos valía contra el Betis era ganar", dijo el portero. "Era un partido importante para sacar tres puntos al Valencia y por mantener el pulso con el Barcelona. Pero no ha podido ser, nosotros no tenemos que bajar los brazos, no podemos despistarnos, tenemos que asegurar el segundo puesto, donde tanto Valencia como Osasuna son peligrosos. Si nos descuidamos quedamos cuartos".

El técnico madridista, López Caro, no quiso dar explicaciones sobre la suplencia de Beckham, que simplemente adjudicó a la "competencia". Por lo demás, asumió la derrota con más resignación que la que acostumbraba hace unos días: "No hemos marcado en los últimos tres partidos, pero no podemos dar la Liga por perdida, nos corresponde como profesionales pelear hasta el último partido. Este tropiezo nos ha hecho mucho daño, pero todavía quedan 10 partidos y todavía pueden pasar muchas cosas".

Por otra parte, Guti se perderá por sanción la visita del miércoles a La Romareda. El mediocampista del Madrid, un fijo en todas las alineaciones de López Caro, deja sentir su influencia: la última vez que el Madrid perdió, en Mallorca, no estaba Guti.