Un brindis al sol naciente
Japón muestra claros síntomas de reactivación y el banco central anuncia el fin de los tipos de interés cercanos a cero
Los últimos índices macroeconómicos y la decisión del Banco de Japón de poner fin a los tipos de interés próximos a cero lo confirman: el país del Sol Naciente muestra claras señales de reactivación y de haber superado el estancamiento de más de una década derivado del estallido de dos burbujas, una inmobiliaria y otra bursátil, a comienzos de los años noventa.
El PIB japonés creció un 5,4% de octubre a diciembre de 2005 por el aumento de la inversión empresarial y del gasto de los hogares
El cambio de la política del Banco de Japón para volver a un sistema convencional de respuesta monetaria, en el que las medidas sobre tipos se adapten a la inflación, fue anunciado hace poco más de una semana y refleja la confianza de la entidad en que ya se ha derrotado a la deflación. Esa decisión, con la que concluye la época de dinero fácil en el mundo y que ha sido vista como un gesto de independencia del Banco de Japón frente a la intensa presión del Gobierno nipón para que no abandonase sus prácticas antes de que fuera evidente la recuperación económica, se debe a esa mejora económica basada en una sólida demanda externa e interna, que ha conducido a mayores beneficios de las compañías, que, a su vez, aumentaron los salarios y el número de empleos.
A la demanda interna correspondió más del 50% del crecimiento registrado en 2005 ante las mayores perspectivas de empleo, primas laborales y salarios más altos, lo que ayudó a expandir la economía por séptimo año consecutivo, la mayor mejora desde la posguerra. A ello se suma el que los hogares japoneses fueron en febrero los menos pesimistas de los últimos 15 años por las posibilidades de mejoras laborales y salariales. Por su parte, el desempleo se redujo por tercer año consecutivo en 2005 al caer hasta un 4,4%, menor que la tasa del 4,7% de 2004, con un descenso de un 0,2 % en diciembre del pasado año frente al índice de 4,6 % del mes anterior.
Para el gobernador del Banco de Japón, Toshihiko Fukui, la medida de la entidad garantiza "la transparencia" y "movilidad" del sistema monetario nipón.
Bolsa en máximos
En cuanto a la Bolsa de Tokio, el precio medio de las acciones subió cerca de un 40% en 2005 y hacia finales de año alcanzó el nivel de 16.000 puntos por primera vez en más de cinco años. Los precios de los títulos nipones han superado el escándalo Livedoor que sacudió al país a mediados del pasado enero cuando su fundador y hasta entonces su presidente, Takafumi Horie, y varios de los directivos de ese portal de Internet, el más popular de Japón, fueron detenidos por sospechas de fraude en violación de la ley de Cambio y Bolsa. El pasado 31 de enero, el índice Nikkei, que engloba a las acciones de las 225 empresas más relevantes de la economía japonesa, llegó a los 16.649 enteros, la marca más alta en cinco años y cinco meses, impulsado por los buenos datos macroeconómicos.
"En general, la economía japonesa está en el camino adecuado. Es una recuperación lenta, pero sostenida. No esperamos un crecimiento económico estelar", subrayó Fukui.
Los analistas consideran que para el año fiscal nipón que concluye el próximo 31 de marzo, la economía japonesa habrá subido un 3,2 %, lo que será el crecimiento más rápido desde marzo de 1991, en que aumentó un 6 %.
El giro en la actuación del Banco de Japón se apoya también en la tasa revisada del 5,4 % de crecimiento interanual del producto interior bruto (PIB) de octubre a diciembre de 2005, que se explica por el incremento de la inversión de las empresas y el mayor gasto de los hogares.
También tiene su origen en un aumento del PIB de un 1,3 % en términos reales respecto al trimestre anterior, mientras que en todo 2005 creció hasta un 2,7%, la mayor subida desde 2000. Igualmente, se apoya en que el pasado enero, el índice de precios al consumo (IPC) subió hasta el 0,5 % respecto a ese mes de 2004, la tasa más alta desde marzo de 1998 en que aumentó un 1,8 %.
La buena marcha de la economía se refleja también en que para 2006 y 2007 el Banco de Japón se haya fijado como meta, para asegurar la estabilidad de los precios a medio plazo, un nivel de inflación, frente a la espiral deflacionista que sufría hasta ahora su economía, de entre un 0% a un 2%, lo que supone que en el futuro subirán los tipos. Ése es el mismo techo establecido por el Banco Central Europeo (BCE) para los 12 países de la eurozona.
En esta línea de recuperación, los créditos subieron un 0,2% el pasado febrero respecto al mismo mes del año anterior, señalan las cifras del Banco de Japón, que ha indicado que el valor de los préstamos ha caído más de un 20% desde que la entidad central comenzó a medir estas operaciones en 1991.
La generosa política monetaria del Banco de Japón ha ayudado a las entidades comerciales de crédito a acabar con los préstamos morosos, cuya enorme y lastrante cuantía casi llevaron al colapso al sistema bancario nipón en 2003.
El final de la política monetaria ultra laxa supone el reconocimiento del regreso a la normalidad de la economía japonesa, la segunda del mundo y la primera de Asia. Esa política fue un experimento inusual adoptado en marzo de 2001 como medida de emergencia para evitar una crisis crediticia que amenazaba con debilitar todavía más a la economía nipona, que ha sufrido tres recesiones desde 1990, y hacerla revivir.
El Banco de Japón ha actuado estos últimos cinco años de forma anticonvencional frente los restantes bancos centrales, que definen y gestionan la política monetaria para lograr la estabilidad de precios mediante la determinación y modificación al alza o a la baja, cuando lo crean preciso, de un tipo de interés al que prestan a las entidades crediticias. El Banco de Japón se vio obligado a abandonar esta política y gestionar en lugar del precio -el tipo de interés- la cantidad de liquidez en el mercado debido a que el tipo al que prestaba a las entidades de crédito bajó hasta el actual y simbólico 0,10% sin que esa situación hubiera contribuido a resucitar la economía ni a que ésta superara su estado deflacionario.
Desde entonces, ha intervenido en el mercado interbancario inyectando liquidez. Esa inundación de liquidez tenía como objetivo situarla al nivel que creía adecuado en función de las reservas de los bancos en el propio Banco de Japón para mantener los intereses bajos, pues como había tanto dinero para prestar las entidades tenían que pagar menos intereses.
La reciente decisión, adoptada por mayoría, de dar un giro a su política incluye reducir un 80% el volumen de efectivo que presta a otras entidades financieras y drenar poco a poco el exceso de liquidez hasta que se llegue al momento propicio para comenzar a subir gradualmente los tipos, algo que se espera que ocurra entre los próximos meses de septiembre y diciembre.
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