"La ley será un avance, pero no la panacea"

Pregunta. ¿El debate en los medios puede haber contribuido a difundir la cita de los botellones?

Respuesta. Durante unos 15 días se ha tocado el tema de una forma desmesurada y eso le ha dado mucha más publicidad que la que los jóvenes en un principio pretendían. Habría que hacer algún tipo de reflexión por parte de todos sobre el tratamiento que se le debe dar.

P. ¿Ha sido la lluvia un aliado?

R. La lluvia es el primer factor de persuasión, pero tengo que decir que algunos han sido bastante perseverantes.

P. Los alcaldes siguen diciendo que no tienen una norma a la que agarrase para evitar el botellón.

R. Para evitar las concentraciones ahora mismo no la tienen. Para paliar los efectos secundarios de las concentraciones, sí. Y después, para disuadir a los jóvenes, también. De hecho, algunas ciudades, los responsables públicos desviaron las concentraciones hacia otros lugares. Por lo tanto, hay formas, y se puede hacer.

P. ¿Qué le parece que en Granada el botellón fuera autorizado?

R. Si ha entendido conveniente organizarla en un lugar donde no molesten a los vecinos, está dentro de sus competencias, circunstancia que, por otro lado, viene a darnos la razón al Gobierno autonómico cuando decimos que hay instrumentos y modos.

P. ¿Y de las ocusaciones de que ediles del PP podrían tener intereses en la fiesta?

R. Si se confirmase que las empresas organizadoras integran a miembros del equipo de gobierno, estaríamos hablando de un asunto muy grave.

P. ¿La ley que prepara la Junta será la solución?

R. No será la panacea. Para evitar el consumo abusivo de alcohol y el consumo entre menores, no. Eso tiene que tener otros componentes, como la educación, la familia, etcétera, que son diferentes. Ahora bien, en Barcelona, donde hay una ordenanza que prohíbe el consumo de alcohol en la vía pública, la guardia urbana dispersó a los jóvenes. Por lo tanto, a partir de que se aplique la ley la situación puede cambiar, es un avance. No obstante, la normativa andaluza prohibirá el consumo de bebidas (no sólo las alcohólicas) en la vía pública, y tendrán que ser los ayuntamientos los que regulen los lugares en los que se podrá beber.

P. ¿Cuánto tardará la ley?

R. Hemos solicitado al Consejo Consultivo que se agilice su pronunciamiento preceptivo sobre la ley y después solicitaremos al Parlamento andaluz que tramite el proyecto por la vía de urgencia. Una vez que salga del Consejo de Gobierno, es el Parlamento el que decide, pero nuestro deseo es que para acortar plazos se apruebe también por lectura única (sin trámite de enmiendas). Ahora cada grupo político se tendrá que retratar..

P. Los ciudadanos tienen la sensación que desde que surgió la llamada movida y después botellón, los políticos se han estado echando la pelota unos a otros.

R. Hemos hecho muy mal echándonos la pelota unos a otros, y la percepción de los ciudadanos es justa en ese sentido. Los vecinos saben quién en cada momento tiene el control y han visto el cambio de opinión de las mismas personas según el cargo que han ocupado. De ahí, que yo haya pedido coherencia y coordinación y no dar la sensación de que esto es un pin-pan-pun.

P. ¿Qué fue de la mesa por la noche?

R. Fue un instrumento positivo para escuchar a todas las partes y coordinar a las administraciones. No se podía seguir con ese instrumento porque no se iba a llegar a acuerdo entre las partes, es decir, entre participantes y afectados. Por eso hay que buscar soluciones en el marco legislativo. Ya se han hecho planes integrales para los jóvenes, ayudas a los ayuntamientos, pero ha faltado una norma más dura, que es la que estamos elaborando.

P. ¿Ha visto las imágenes de los jóvenes bebiendo a raudales de enormes botellas y surtidores?

R. Las he visto. Algunos son menores (en lo demás no me meto), y siento pena e indignación por la irresponsabilidad de los padres. Son menores que están consumiendo cantidades ingentes del alcohol a altas ahoras de la madrugada y, digo yo, que los padres tienen ahí responsabilidades muy grandes.