La alcaldesa esquiva
No está en cuestión que sobre el futuro de la alcaldesa nada se sabrá hasta que pasen las elecciones locales, no sólo por razones de oportunidad política, también porque Rosa Aguilar destaca por "saber cuidar su proyección pública mejor que nadie", en palabras de un dirigente andaluz. Esta cualidad se convierte en un defecto en boca de sus detractores, quienes la acusan de nadar y guardar la ropa y mostrarse calculadamente esquiva cuando algo no le conviene. Sin duda este es el flanco más débil de la alcaldesa y en el que más ahonda sus desafectos. Javier Arenas dijo de ella una vez, con ocasión de la Constitución Europea: "A Rosa Aguilar le ocurre con esto lo que le pasa con cualquier otra cuestión, que intenta todos los días ser de IU y también procura todos los días dejar de ser de IU".
Mucho se le ha criticado su habilidad para escurrirse de algo comprometido. Especialmente con Cajasur. Si se le preguntaba sobre el papel de la Iglesia al frente de una caja de ahorros o si Miguel Castillejo debía dimitir, la respuesta apuntaba a un mismo sentido: diálogo, diálogo y más diálogo. Desde el PSOE se le censuró la tibieza ante la póliza millonaria del ex presidente o la fuga de la caja de la tutela de la Junta. A decir de los presentes, era tocar el tema y ver como el gesto de la alcaldesa se iba oscureciendo.
Desfiles y procesiones
A los vecinos de Córdoba identificados con la izquierda ortodoxa y militante les molesta igualmente lo que llaman desafecciones ideológicas de la alcaldesa, que consideran una rendición oportunista ante los sectores más tradicionales de la ciudad (peñas, hermandades y cofradías). Éstos suelen acudir a las cartas al director con ataques furibundos por su presencia en desfiles, procesiones, la boda del Príncipe e incluso los rezos en público. De hecho, el pasado mayo se podía leer este pie de foto en un diario local: "No sólo participa en procesiones, sino que cumple con naturalidad las obligaciones de la fe. Así lo demostró (...) al rezar íntegramente y sin titubeos el Credo junto al obispo (...) en la cofradía de las Angustias". Un dirigente andaluz apostilla en su descargo: "Ser alcalde tiene sus servidumbres y obliga a hacer cosas en las que no crees, pero es tu papel institucional".
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