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Crítica:POESÍA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una parcela del mundo

Los dos últimos libros de Ida Vitale aparecidos en España, El ABC de Byobu y Trema, se hacen llamar con títulos que actuarían a la manera de claves cifradas y develadoras de significado, lo que, para un caso como el de esta poeta de Uruguay, concisa, sabia, refinada, inteligente, acerada y culta, podría ayudarnos en el trabajo exigente de su lectura.

Byobu, por ejemplo, es un tipo de biombo, una mampara de papel japonés que separa el ámbito público y honorable o hare del privado, el lugar ke de lo cotidiano y prohibido.

Las fábulas que el libro enlaza -fábulas sin moraleja ni lecciones, articuladas con la simplicidad mística, jocosa y tierna de su protagonista, una especie de nuevo Odradek pensante y humanizado- levantan su tela separadora entre lo de dentro y lo de fuera, lo sagrado y lo pagano, entre lo íntimo y lo externo. Cualquier obra franquea ese mismo puerto, desde lo propio indecible hacia lo ajeno y contado frente a varios. En ese sentido, el libro funciona en tanto paradigma de los libros, escritura que dirime el duelo de todas las escrituras, al objetivar y comprobar lo subjetivo incomunicable.

EL ABC DE BYOBU

Ida Vitale

Adamar. Madrid, 2005

77 páginas. 11 euros

TREMA

Ida Vitale

Valencia. Pre-Textos, 2005

58 páginas. 10 euros

Pero es el volumen de poemas publicado por Pre-Textos el que mantiene un vínculo más estrecho con su nombre, porque "trema" califica un tipo de imagen fractal que puebla las superficies caóticas con su disolución redonda y suspende el desorden como la gota de agua en la nube. A semejanza de su geometría podría considerarse construido el libro de Ida Vitale, una de las poetas más singulares y capaces de la literatura en nuestra lengua.

Ya que la fractalidad descu

bre un sistema en lo asistemático y delirante, una estructura para la fiebre o una forma pautada para lo que diríamos no la tiene y ya que el mundo se organiza por regularidades dispersas en una red difusa que reitera sus nudos, la poesía, que es -en opinión de Vitale- el mejor modo de contar el mundo, mantiene con éste una relación fractal. Guarda un lazo de similitud y de fragmentación con aquello que representa.

Porque explora los contactos de la escritura con lo real, la peculiaridad más destacable de la poeta uruguaya reside en el modo de estudio de esa referencialidad: cómo el poema invoca lo que dice y qué firme trato sostiene con ello. Si las anteriores publicaciones de Ida lo observaban con mayor o menor insistencia -desde La luz de esta memoria (1949) hasta Reducción del infinito (2002)-, ahora Trema lo subraya en metáforas de ruptura inclusiva y de irregularidad organizada.

La abeja es a la colmena

"una unidad que zumba": lo que el chorro frío es a la lluvia o la fila de encinas es al bosque, lo que el reflejo es a un "pequeño sol", lo es el poema respecto a lo que expresa, un parcial retrato que alienta y caldea en sí porciones del total al que remite. Y si el paisaje perdido consigue reaparecer en la ceremonia nostálgica que lo evoca, la poesía es fragmento de sí y fragmento de un absoluto que refiere reiterándolo, absoluto que ella contiene y por el que a su vez se ve contenida.

La condición fractal de la escritura impide, sin embargo, que ésta agote, exhaustiva y tenaz, ese entero del que es un resto. Amplias zonas del discurso se ensombrecen, porque el poema es fractalmente más amplio que el poema. Siempre otra parte eludida se deja entrever en la frase como un sujeto de la acción que se omitió. El enigma, el hermetismo en algunos momentos de Trema proviene de que éstos nunca podrán ser plenos. El lenguaje sólo alcanza a tocar una parcela de mundo y a decir fraccionadamente la breve partícula del disímil tejido que le ha sido dado.

Como en hologramas sucesivos, la poesía se reparte y redunda en sus parciales reproducciones. Cada verso mantiene consigo esta relación fractal y demediada. Así, el libro repite su dibujo con igual tonalidad, igual sincretismo, igual léxico, con iguales maneras y estilo: dibujo delicado que reproduce sus irregularidades y accidentes, como la costa de Bretaña -para la matemática no euclidiana- sufre de iguales entradas, cabos y golfos a diferente escala de su cartografía. De este modo, el poema halla un eje y un designio para lo que no vemos, para lo que creemos azar o casualidad y que en realidad no es sino nuestra "imaginación insuficiente". La escritura de Ida Vitale consigue, como pocas, encontrar esa figura armoniosa -el numérico retrato que en realidad ella es-, escondida y entramado entre las hirientes protuberancias de lo real, en el ruido amorfo del caos.

La poeta, traductora y articulista Ida Vitale.
La poeta, traductora y articulista Ida Vitale.

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