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Reportaje:

"Estoy aquí de turismo, señor policía"

Agentes de la Brigada de Extranjería detienen a 37 prostitutas en una redada en un club de alterne de Las Matas

F. Javier Barroso

Diez agentes suben las escaleras a toda velocidad. Llevan las porras en las manos. Irrumpen en el bar del hotel. "¡Que nadie se mueva!". Un policía se dirige al centro de la sala: "Apague la música y encienda las luces de la sala". La penumbra que domina el garito queda rota por unos potentes focos de blanca luz. Decenas de chicas ligeras de ropa intentan huir despavoridas, pero un funcionario vestido con traje de antidisturbios se lo impide. "¡Todas quietas!". Es una redada que efectúa la Brigada Provincial de Extranjería en el hotel Flower's Park, en Las Matas, a últimas horas de la noche del pasado miércoles.

Otros agentes de paisano, con petos reflectantes en los que se lee "Policía", empiezan a registrar las tres plantas del inmueble. Los acompañan tres mujeres de la limpieza que tienen las llaves maestras de las habitaciones. "Vayan saliendo y bajen a la entrada", repiten los agentes. Las jóvenes se muestran sorprendidas por la rapidez con la que ha entrado la policía en este hotel próximo a la autovía de A Coruña (A-6). Algunas están somnolientas, mientras que otras tienen que despedir a los clientes con los que comparten habitación.

Algunos clientes se visten rápidamente y piden abandonar el local por las salidas de emergencia

Hay hombres que se muestran contrariados por la presencia policial. Se visten rápidamente y evitan hablar del percance. "Agente, ¿puedo salir por una escalera de emergencia? No quiero que nadie me vea", pregunta un cliente, que ronda los 40 y viste traje y corbata. El policía de paisano le mira y le dice que sí con la cabeza. Instantes después se pierde por el pasillo enmoquetado y con piso de mármol.

Las puertas de las habitaciones están a ambos lados del pasillo. Dan acceso a un cuarto de baño común y a dos habitaciones en las que dominan una gran cama de matrimonio. Las dos plantas superiores de este particular hotel constan de un centenar de reservados. Sorprende el fuerte olor a ambientador que impera en todos los rincones. Es la forma de enmascarar los eventuales malos olores que haya en el lugar. Poco a poco, van bajando las 180 chicas que trabajan en el Flower's Park.

La recepción de este peculiar hotel parece una convención internacional en la que se mezclan multitudes de acentos: desde brasileñas a rusas, pasando por rumanas y colombianas, entre otras.

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Los policías del Grupo VII de la Unidad contra Redes de Inmigración Ilegal y Falsificación (Ucrif) de la Brigada Provincial de Extranjería y Documentación, con formación específica en operaciones especiales, empiezan el verdadero trabajo, que les va a llevar dos horas como mínimo. En primer lugar, obligan a las mujeres a apagar los teléfonos móviles para que no se puedan comunicar con el exterior. "Vamos a ver. Ahora vais a subir acompañadas de un policía a recoger el pasaporte y la documentación. Las que no estén de forma legal en España se vendrán con nosotros a la brigada", les grita un mando policial, ante la mirada atenta de los comisarios responsables de Extranjería.

Las chicas cogen su documentación y bajan a una de las suites de la planta baja. Esta habitación es muy distinta al resto. Tienen camas redondas y jacuzzi, entre otros complementos. Los agentes comprueban las identidades de las mujeres, que dan todo tipo de explicaciones para evitar ser detenidas.

"Estoy aquí de turismo, señor policía". El sello de entrada que figura en el pasaporte lo corrobora: acaba de entrar a Europa por París, por lo que dispone de tres meses de estancia legal en España. Otras, por el contrario, esgrimen hasta el libro de familia. Como tienen hijos nacidos en Madrid, con la consiguiente nacionalidad española, no serán expulsadas. Las que tienen la documentación en regla pasan a otras habitaciones. Un joven policía de la sección de noche de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana, conocidos como Centauros, se encarga de vigilarlas para que no se desperdiguen por el Flower's Park. Los policías rellenan las fichas de identificación, cuyos datos serán incorporados después a los archivos de Extranjería.

"Comprobaremos qué permisos de trabajo tienen, porque no es lógico que hayan conseguido la tarjeta de residencia con un contrato de trabajo en el campo en Almería y estén ejerciendo la prostitución en Madrid", comenta un mando policial. "Si hay algún caso así, pediremos que sea expulsada por cometer un fraude de ley", añade.

La encargada y el responsable de sala se muestran tranquilos en todo momento, al igual que las limpiadoras y los camareros. El jefe del Grupo VII les advierte de que deberán ir a la brigada en los próximos días. Si alguna de las mujeres se presta a declarar, podrán ser acusados de un delito contra los derechos de los trabajadores.

En la región funcionan unos 500 clubes de alterne, además de pisos y chalés de lujo que resultan más difíciles de cuantificar. La Brigada de Extranjería hace redadas como ésta periódicamente por toda la región. Eso se tradujo en que sólo el Grupo VII hiciera en 2005 cerca de 2.000 detenciones.

Al final, la redada del Flower's Park concluye con 37 mujeres que no superan los 30 años conducidas a la sede de la brigada, en la avenida de los Poblados (Carabanchel). A 35 de ellas se les incoará el correspondiente expediente de expulsión por infringir la Ley de Extranjería. De hecho, siete mujeres serán deportadas de manera inmediata en las próximas 72 horas. Las otras dos chicas fueron trasladadas a comisaría a efectos de identificación. Tras comprobar su documentación, quedaron en libertad. También les fueron tomadas las huellas dactilares para remitirlas a la policía científica.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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