Merkel respalda a su seleccionador
La canciller alemana sostiene a Klinsmann, criticado por los resultados y por vivir en California
La canciller alemana, Angela Merkel, respaldó ayer al seleccionador, Jürgen Klinsmann, que se encuentra sometido a fuertes críticas por los resultados del equipo y por vivir al lado de la playa en California. Al mismo tiempo que anoche se celebraba la cumbre del fútbol en la Cancillería en Berlín, crecía el escándalo por presuntos casos de sobornos en el fútbol alemán. Un programa de televisión de la primera cadena pública denunció que un jugador internacional está implicado en manipulación de resultados para ganar dinero en las apuestas. La revista Stern aparece con una extensa crónica sobre sobornos y detenidos por la policía de una mafia que se extiende desde Alemania por todo el mundo.
Un internacional alemán fue supuestamente sobornado por una red de apostantes
La doctora en Física y canciller Merkel entiende de fútbol. En una entrevista que publicó el pasado 1 de enero el dominical Bild am Sonntag puso de manifiesto que sabe explicar el fuera de juego y cuenta cómo sintió pena ante las cantadas de Kahn en la final del Mundial de 2002 en Japón. Anoche Merkel aprovechó la cumbre para apoyar a Klinsmann que se mueve en el ojo del huracán.
Antes de retirarse para cenar con el jefe del Comité Organizador, Franz Beckenbauer, el copresidente de la Federación Alemana de Fútbol Theo Zwanziger y otros comensales, Merkel apoyó de forma abierta al controvertido Klinsmann en un discurso de cinco minutos. Dijo que su Gobierno trata de devolver a Alemania al puesto entre los primeros de Europa y que en el acuerdo de coalición con el partido socialdemócrata no aparece el tema fútbol. No obstante, la canciller es consciente de que ahora "está en juego el futuro del fútbol alemán". Advirtió Merkel de que no piensa pronunciarse sobre a qué distancia deben marcar a los delanteros rivales, ni sobre la polémica de quién debe ser el portero. Klinsmann duda entre el portero del Bayern -Kahn- y el del Arsenal -Lehmann-. Tampoco quiere Merkel decidir sobre si la selección debe jugar con un rombo o un 4-2-4. En cambio, sí dejó claro que apoya a Klinsmann en su apuesta por los jóvenes, introducir nuevos métodos y acabar con las costumbres anticuadas. De forma categórica animó a Klinsmann a continuar el camino, porque "la inconsecuencia no lleva al éxito". Con conocimiento de causa, destacó Merkel que la selección alemana siempre ha sido "un buen equipo de torneos" y tiene que aprovechar la ocasión de jugar en casa para repetir los éxitos de 1954, 1972 y 1990, cuando ganó el Mundial.
Mientras en la Cancillería de Berlín los oradores abrían el tarro de las esencias con sus discursos, antes de pasar a degustar la cena de tres platos con lomo de cordero como punto culminante, los medios recogían la parte negra del fútbol: su relación con la criminalidad organizada.
La Fiscalía de Múnich ha abierto diligencias informativas para investigar las denuncias de un programa en una televisión. Un testigo relató que un futbolista internacional había apostado 10.000 euros en contra de su propio equipo para lucrarse. Beckenbauer declaró que le parece increíble que un profesional muy bien pagado se arriesgue en tales manipulaciones. En el informe el testigo cita con todo lujo de detalles el mecanismo de las apuestas por partidos manipulados en toda Europa a través de teléfonos móviles.
Para completar el panorama, la revista Stern aparece con un extenso relato sobre una mafia de apuestas con ramificaciones hasta Vietnam. Están implicados como figuras clave un chino nacido en Malasia, un serbio, un libanés y un polaco. Todos, residentes en Alemania. La policía ya detuvo a varios el 6 de marzo en una redada en un restaurante de Mannheim. Todos estos escándalos se unen a otro pendiente en el que se encuentra implicado el ex director deportivo del Bayer Leverkusen Reiner Calmund por 580.000 euros sin justificar en la contabilidad del club. Se sospecha que esa cantidad se empleó a finales de la temporada 2002-03 para comprar partidos y evitar el descenso del equipo financiado por la empresa de la aspirina.
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