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Reportaje:

El tricornio que trastorna

La Guardia Civil es el cuerpo policial español con el mayor número de bajas y prejubilaciones por razones psicológicas

"Es posible que (...) los primeros años como Guardia Civil (...) le provoquen frustración, aburrimiento, conflictos y tensiones tanto familiares como laborales, falta de ilusión, apatía, o cualquier otro síntoma que actualmente no llega ni a imaginar que le pueda suceder (...) ¿Sigue queriendo pertenecer a esta Institución?". Los aspirantes a ingresar en la Guardia Civil durante la última oposición debían firmar este documento sobre los aspectos negativos del trabajo, aunque el documento fue posteriormente retirado. La razón es simple; se trata del cuerpo policial con el mayor índice de suicidios (el 95% con arma de fuego) y con el mayor número de bajas psicológicas, según datos del Ministerio del Interior.

Cada 10 días, entre 1990 y 2004, algún guardia civil intentó quitarse la vida

Carlos Acosta Montesino (Santa Cruz de la Palma, 1969), vivió una de estas "situaciones inimaginables". Sus zapatos estaban viejos y llenos de agujeros, y solicitó a la Dirección General de la Guardia Civil una reposición, en junio de 2002. La respuesta vino doce días después: no se los repusieron y lo sancionaron por el estado de su calzado. Tras dos años de litigio, el Tribunal Supremo dio la razón a Acosta Montesino y le retiraron la sanción.

Eso no fue todo. En febrero de 2005, el Ministerio de Defensa lo prejubiló -a sus 36 años, tras 13 de servicio-, declarando su "inutilidad permanente para el servicio". Desde su nombramiento como delegado de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), en 1997, la Dirección General le abrió cinco expedientes disciplinarios, ocasionándole un "trastorno mixto ansioso depresivo", según la sentencia judicial de septiembre pasado. En ella el juez reconoce que Acosta Montesino fue víctima de mobbing (acoso laboral). La sentencia fue recurrida por el abogado del Estado.

El número de bajas por razones psicológicas -el 25% del absentismo laboral, según la AUGC- casi duplica las del Cuerpo Nacional de Policía. La proporción de suicidios consumados (en relación con el número de agentes), es similar entre guardias civiles y policías. Cuando se añaden las tentativas, sin embargo, las cifras se disparan: los datos de la Guardia Civil son 8,09 veces más altos que los de la población general y un 59% mayores que los de la policía. Cada diez días, entre 1990 y 2004, algún guardia civil intentó suicidarse (en el Cuerpo Nacional de Policía la media es cada 23,3 días), según datos oficiales.

La Dirección General de la Guardia Civil mantiene una actitud ambivalente frente a los evidentes problemas psicológicos que hay en sus filas: existen pero lo mejor es no hablar del tema. Prueba de ello es que el 1 de enero de 2005 puso en marcha el Plan de Prevención de Conductas Suicidas, con vigencia hasta el 2009, que contempla medidas como la creación de una línea telefónica que opera las 24 horas del día "para dar respuesta inmediata en situaciones críticas". Este diario intentó, en reiteradas ocasiones, conocer la posición de la Dirección General que optó por el silencio.

"Sabemos que un niño tiene una infección cuando tiene fiebre", reflexiona Joan Miquel Perpinyà, secretario de comunicación de la AUGC, "pero la Dirección General oculta las cifras para que nadie sepa cuanta fiebre tiene el niño". Los datos son públicos gracias a la diputada Isaura Navarro (IU), quien planteó una pregunta parlamentaria el 19 de mayo de 2005. "No ha habido ningún cambio en las condiciones laborales de la Guardia Civil a pesar del compromiso electoral del PSOE, y no se va a producir", denuncia Navarro.

"Quíteme la pistola porque sino me pego un tiro", le dijo Carlos (nombre ficticio) a su jefe, "Después fui al hospital donde me ingresaron en urgencias", recuerda este guardia que estuvo de baja durante un año y medio por

depresión, desencadenada por el acoso que sufrió de un jefe: "Me cambiaba los horarios de servicio la tarde anterior e iba a vigilarme para ver si cometía algún fallo". Hace unos meses se reincorporó al cuerpo aunque la depresión le llevó a divorciarse, tras 13 años de matrimonio.

"No existen medidas para conciliar la vida laboral con la familiar", afirma Perpinyà. "Vivir en los pabellones [viviendas oficiales] militariza las familias y produce endogamia: los hijos de los guardias se crían allí junto a otros niños, que terminan siendo 'hijos del cuerpo". El 66% de los 25.000 viviendas destinadas a guardias, cabos y suboficiales está en condiciones "muy malas o regulares", según la AUGC. La vida en los cuarteles perpetúa el carácter militar del cuerpo, una denuncia constante de la AUGC. En este sentido, resulta revelador que los tres factores principales causantes del absentismo laboral están asociados a la relación con los superiores, según una encuesta del Departamento de Psicología de la institución.

El documento que los aspirantes firmaron durante la última oposición hace gala del oscurantismo descrito por Navarro. En uno de sus párrafos advertía de que la pertenencia a la Guardia Civil "significa una merma en la libertad de comportamientos, movimientos y otros derechos". La Dirección General respondió que era "una prueba psicotécnica más". Aun así, la retiraron inmediatamente de las oposiciones cuando se hizo pública (el 22 de septiembre) y solicitaron "toda la información referente a los motivos que aconsejaron su inclusión en las pruebas selectivas", según un escueto comunicado de prensa. La AUGC prepara movilizaciones en abril, en caso de que el Gobierno socialista no cumpla su promesa de desmilitarizar la Guardia Civil.

Mal pagados

Un guardia civil especialista en la desactivación de explosivos destinado en Madrid gana 1.745 euros brutos al mes. Un agente del Cuerpo Nacional de Policía en situación idéntica percibe 1.851 euros. Los integrantes del escalafón más bajo de la Guardia civil, ganan en promedio 100 euros menos que los de la policía.

Madrid es la comunidad autónoma en la que se produjeron más bajas por causas psicológicas entre 2000 y 2004, con 1.079. Resulta sorpresivo que, a pesar de la mayor amenaza de ser víctima de un atentado por parte de ETA, en las zonas conflictivas las cifras sean menores: el País Vasco, en el mismo periodo, registró 395 bajas y Navarra, 316.

Esto se explica porque los agentes destinados en zonas de alto riesgo no realizan labores policiales como el patrullaje, la tarea más estresante para un agente. Otra argumentación es que estos guardias tienen 20 días más de vacaciones que el resto de los miembros de la institución y perciben una prima adicional, de 633,89 euros brutos al mes.

El último factor que motiva el que las tasas de absentismo laboral en Navarra y País Vasco no sean tan altas es la naturaleza del trabajo que realizan: "La lucha contra el terrorismo es una labor que te motiva y compensa el estrés laboral", afirma Perpinyà, secretario de comunicación de la AUGC.

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