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Reportaje:MERCEDES CLS 320 CDI | PRUEBA

Una berlina revolucionaria con línea de cupé

El CLS es la receta innovadora de Mercedes para combatir la caída de ventas de las grandes berlinas, en crisis ante el éxito de los todoterrenos de prestigio. Comparte la base mecánica y tecnologías con el Clase E, pero en una carrocería vanguardista de línea deportiva para captar clientes más jóvenes. El inconveniente es el precio (desde 61.000 euros), demasiado elevado e inaccesible para la mayoría.

Cupé con cuatro puertas

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Confort deportivo

Con el CLS, Mercedes reinterpreta la línea de las berlinas clásicas, demasiado serias y convencionales para las nuevas generaciones con estilos de vida más activos. Su alternativa es un cóctel estético que mantiene las cuatro puertas para no penalizar el acceso, pero las integra en una silueta de cupé, mucho más deportiva. El frontal conserva la parrilla y los faros de la marca con un diseño más afilado. El lateral integra bien las puertas y tiene unas ventanillas muy bajas que realzan el carácter. Y el techo cae suavemente por detrás para unirse con la zaga en un solo trazo, como en los cupés. El conjunto conserva la clase y elegancia de las berlinas de Mercedes, pero rejuvenece su imagen con un estilo más vanguardista y atrevido. El resultado es un coche con gran personalidad que impacta por su belleza y aporta una estética más sofisticada y atractiva.

Un Clase E más bajo

El CLS comparte el chasis de la berlina Clase E, pero se viste con una carrocería nueve centímetros más larga y cinco más baja que afila la figura y reduce la altura interior. La habitabilidad es similar, con unas plazas delanteras casi iguales en longitud y anchura, y suficiente espacio para las piernas atrás. En cambio, el asiento posterior está configurado con dos plazas separadas en el centro por una consola. Esta solución permite alojar a cuatro adultos con el máximo confort y se completa con un maletero generoso (500 litros) que potencia el sentido práctico.

El diseño exterior penaliza un poco el acceso -hay que agacharse más al entrar- y la altura disponible reduce la sensación de desahogo y exige situar los asientos más bajos. Pero una vez dentro estos detalles no afectan a la comodidad y se viaja como en las mejores berlinas de lujo. Además, el CLS mima a los dos pasajeros de atrás con muchos huecos para sus objetos personales: dos guanteras integradas en el centro de la consola, apoyabrazos central con otra guantera y dos posavasos plegables... Delante incluye las bandejas de las puertas, la guantera, una red a los pies del copiloto, cajones bajo los asientos y un cofre en el apoyabrazos central.

El acabado interior y los materiales y ajustes son de lo mejor, creando ese ambiente elegante y exclusivo que distingue a Mercedes. La calidad se aprecia en el tacto de los mandos (volante, tiradores...), la instrumentación, el sonido de las puertas... Y también en la insonorización, muy buena, y en las suspensiones, que filtran todo sin inmutarse.

Cuatro motores

La gama del CLS incluye cuatro versiones: 350 (272 CV), 500 (306 CV) y 55 AMG (476 CV), en gasolina, y 320 CDi (224 CV), en turbodiésel. Los precios son altos y suponen un sobreprecio exagerado de unos 10.000 euros frente a los Clase E con idénticos motores. Al menos incluyen un buen equipo de serie, con seis airbags, frenos eléctricos SBC, ABS, ESP, sensores de lluvia, faros y presión de ruedas, asientos delanteros eléctricos, ordenador de viaje, radio-CD, adornos de madera de nogal, botiquín y todo lo habitual. Además aporta detalles exclusivos, como el cambio 7G-Tronic, y dispone de muchas opciones, como la suspensión neumática Air Matic (2.299 euros).

Conclusión

El CLS es la alternativa moderna a las berlinas clásicas. Aporta una línea más deportiva con toda la clase de Mercedes, un interior elegante y muy cómodo, y una mecánica de calidad. Pero tiene unos precios injustificadamente altos.

El diseño del CLS reinterpreta la línea de las berlinas para acercarla a la de los cupés. El frontal afilado, la escasa altura de las ventanillas y la unión del techo con la zaga definen su imagen.
El diseño del CLS reinterpreta la línea de las berlinas para acercarla a la de los cupés. El frontal afilado, la escasa altura de las ventanillas y la unión del techo con la zaga definen su imagen.CÉSAR LUCAS ABREU

ELEGANCIA Y CALIDAD

El interior del CLS mantiene el estilo de las berlinas de Mercedes con un salpicadero y una consola más modernos. Conserva el volante clásico de cuatro radios, que puede incluir las teclas para accionar el cambio secuencial (opcionales). Los materiales son de gran calidad y presenta el ambiente elegante y funcional que distingue a la marca. Además, incluye detalles muy cómodos, como los reglajes eléctricos de los asientos, que se realizan pulsando cada zona en un diagrama situado en las puertas. La configuración interior incluye dos plazas traseras separadas en el centro por una banda horizontal con dos guanteras y lleva también un apoyabrazos integrado en el respaldo que se abate hacia delante e incluye otras dos repisas interiores y dos posavasos retráctiles. La carrocería del CLS es más baja que la del Clase E, pero ofrece una altura interior correcta, incluso para tallas altas, y tiene suficiente espacio para las piernas, aunque sin alardes. En cambio, la banqueta de atrás está situada en una posición más baja de lo deseable que limita el confort. El maletero es amplio (500 litros) e incluye dos redes laterales muy prácticas. En la zaga destaca el diseño marcado del borde superior del capó y las salidas dobles del escape, que imprimen carácter

EL DISEÑO SE PAGA

La carrocería deportiva del CLS supone un sobreprecio de 10.000 euros frente a un Mercedes Clase E equivalente, aunque incluye detalles de equipamiento superiores, y la diferencia con otras berlinas de su tamaño es similar. Cuesta 9.400 euros más que un Jaguar S-Type y unos 10.200 más que los Audi A6 y BMW Serie 5 turbodiésel equivalentes. Todos ofrecen unas prestaciones inferiores al CLS, sobre todo el primero, y ninguno incluye un cambio automático de siete marchas. El equipo de serie es parecido, salvo en el A6, que incluye tracción Quattro y dos airbags más (8), aunque los asientos eléctricos son opcionales. El CLS es 13.000 euros más caro que un Lexus GS300. El modelo japonés no tiene turbodiésel y monta un motor de gasolina de 249 CV. A cambio incluye 10 airbags, pantalla táctil, cargador de 6 CD, llave inteligente y faros que giran en las curvas.

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