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EE UU pide explicaciones sobre la visita de Moratinos a Damasco

Exteriores reafirma su convicción de que Asad no debe ser aislado

Estados Unidos ha pedido explicaciones, a través de su Embajada en Madrid y de una alta funcionaria enviada a la capital española por otros motivos, sobre la breve visita que el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, efectuó el pasado martes a Damasco. Dicho departamento respondió que se trató de una simple escala técnica y que el Gobierno entiende que Siria no debe ser aislada. Washington opina lo contrario.

La noticia, recogida en días pasados por algún diario árabe, fue confirmada ayer a este periódico por fuentes españolas. La primera gestión se produjo antes de la llegada del ministro a la capital siria y fue una llamada del embajador estadounidense, Eduardo Aguirre, al director general para Europa y Estados Unidos, José Pons, añaden las mismas fuentes.

Aguirre, según estas informaciones, se interesó por el carácter de la prevista visita del ministro a Damasco, último hito de la gira por Dubai, Afganistán y Pakistán que el ministro realizó entre el domingo y el miércoles pasados.

Pons, de acuerdo con las fuentes consultadas, le explicó que era una simple escala técnica en el camino de regreso de Islamabad a Madrid, de factura obligada ya que el pequeño avión Falcon utilizado para el desplazamiento no podía realizar el viaje sin repostar.

El director general para Estados Unidos añadió que el nuevo ministro sirio de Exteriores, Wallid Moallem, enterado del programado paso de Moratinos, había tenido "la cortesía" de anunciar que se desplazaría al aeropuerto para saludar a su colega español.

La escala se desarrolló según lo previsto. Moratinos y Moallem se vieron durante la hora aproximada que duró la recarga de los depósitos del avión, primero a solas, y luego en presencia de algunos periodistas españoles que entraron a saludar al ministro sirio.

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La segunda gestión americana sobre este asunto se produjo el jueves, cuando Moratinos estaba ya de regreso, por boca de Shirin Tahir Kheli, una diplomática estadounidense que asesora al Gobierno de su país sobre la reforma de la ONU y que vino a la capital española a exponer los proyectos de Washington acerca del Consejo de Derechos Humanos que sustituirá a la desacreditada comisión que actualmente se ocupa del tema.

La enviada de EE UU se entrevistó con altos cargos de Presidencia y Exteriores, y en presencia de uno de ellos, concretamente del director general de Política Exterior, Rafael Dezcallar, abordó el tema de Siria para recordar que su Gobierno es partidario de aislar al régimen de Bachar el Asad y espera que sus aliados hagan lo mismo.

Dezcallar, según fuentes diplomáticas, respondió que el Gobierno español es contrario a esa estrategia de aislamiento. Las circunstancias actuales, añadió el funcionario, son, además, propicias para un diálogo exigente, precisamente por la personalidad de Moallem, que durante sus años de embajador en Washington dio pruebas de un carácter moderado y de un buen conocimiento del proceso de paz en Oriente Próximo. Moratinos, según ese planteamiento, no podía pasar la oportunidad de transmitir "mensajes claros sobre la estabilidad de la región".

Un portavoz de la Embajada estadounidense en Madrid explicó ayer que su Legación no comenta las "conversaciones rutinarias" con el Gobierno español. Tampoco quiso precisar si lo ocurrido puede ser calificado de queja diplomática por la actuación de Moratinos.

El mismo portavoz detalló, en cambio, que la política de su país hacia Siria es "clara". "Estados Unidos colabora estrechamente con sus socios europeos para que Siria cumpla las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, que dicen muy explícitamente que el régimen sirio tiene que poner fin a sus interferencias en el Líbano, cerrar las oficinas de los grupos terroristas palestinos instalados en Damasco, detener el flujo de terroristas hacia Irak y colaborar en la investigación del asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri", dijo el portavoz.

La política española de diálogo comprometido con Siria ha sido una constante desde los tiempos de José María Aznar, que visitó oficialmente dicho país en 1999. Bajo los mandatos del anterior presidente, hubo continuos contactos bilaterales, incluidas seis visitas de ministros españoles de Exteriores a Damasco y la visita de Estado de los Reyes a Siria, en octubre de 2003, cuando el enfrentamiento de Asad con Estados Unidos era ya crítico.

El presidente sirio, por su parte, eligió España para su primera salida al extranjero, en mayo de 2001, a pesar de que Francia, antigua potencia administradora, ha sido siempre la referencia exterior básica de los Gobiernos sirios.

Miguel Ángel Moratinos saluda, ayer en Salzburgo, a su homóloga austriaca, Ursula Plassnik.
Miguel Ángel Moratinos saluda, ayer en Salzburgo, a su homóloga austriaca, Ursula Plassnik.EFE

Condecoración al ministro de Información

El Consejo de Ministros concedió ayer la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil a Mohsen Bilal, hasta hace pocos días embajador de la República Árabe Siria en Madrid, que acaba de ser nombrado ministro de Información del Gobierno que dirige Mohamed Nayi Al-Otri.

Bilal estuvo al frente de la Legación siria en Madrid durante los últimos cinco años. Antiguo embajador en Roma, habla un español fluido con muchos italianismos que no merman la gran capacidad de comunicación que ha tenido que desarrollar en España, a medida que la implicación de su país en los sucesos de Líbano resultaba incontestable.

Mohsé Bilal asistió el miércoles a la entrevista que Miguel Ángel Moratinos celebró en Damasco con Wallid Moallem, el ministro sirio de Exteriores.

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