La Audiencia considera la muerte de Couso un error de guerra

La Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia Nacional decidió ayer archivar el caso de la muerte del cámara de Tele 5 José Couso por entender que no se trata de un asesinato, sino de un "acto de guerra contra un enemigo aparente erróneamente identificado". El tribunal considera que no tiene jurisdicción para investigar los hechos y revoca las órdenes de detención de los tres militares norteamericanos que dispararon.

Couso falleció el 8 de abril de 2003 en el Hotel Palestina, de Bagdad, por los disparos efectuados por un tanque Abrams Ml, perteneciente a la compañía A del 64° Regimiento Blindado, de la 3° División de Infantería del Ejército de Estados Unidos. En ese mismo ataque también resultó muerto el reportero de la agencia Reuters Taras Protsyuk.

El juez instructor consideró que los hechos constituían un delito contra la comunidad internacional en relación con otro de asesinato cometido contra personas civiles protegidas por el IV Convenio de Ginebra.

Sin embargo, la Audiencia no lo ve así. La resolución dictada ayer recoge como hechos notorios difundidos por los medios de comunicación que "en el caso de autos, sucedido 20 días después de la entrada en Irak (...) de las tropas estadounidenses y británicas, se libra una violenta batalla entre las tropas estadounidenses y la Guardia Republicana de Irak, para la culminación de la toma de Bagdad, enfrentándose violentamente ambos contendientes por el control del estratégico puente Jamurohara, batalla que dura varias horas, y en la que las unidades norteamericanas son hostigadas con abundante fuego artillero y armas ligeras, llegando a producirse bajas americanas".

"En este contexto de guerra violenta y peligrosa", dice la resolución, "la intervención de las comunicaciones iraquíes pone en alerta al ejército americano que desde el Hotel Palestina, situado al otro lado del Río Tigris, existe una unidad iraquí desde la que se dirige el tiro de su artillería contra las unidades norteamericanas, de modo que tras su aparente localización, realizada a gran distancia, se dirige un único y directo disparo contra lo que parece ser un puesto de observación y dirección de tiro, con tan mala fortuna que en el punto al que se dirigió el proyectil se encontraban los dos camarógrafos fallecidos".

El auto concluye que "no se trata de un acto intencional doloso de causar la muerte de dos personas civiles protegidas, sino de un acto de guerra realizado contra un enemigo aparente, erróneamente identificado, y no concurre en los hechos el requisito de intencionalidad dolosa o 'adrede' en las muertes de personas civiles".

Por ello, el tribunal ha ordenado al juez que archive el caso por entender que la justicia española no tiene jurisdicción para investigar los hechos y ha revocado las órdenes de búsqueda y captura del sargento Thomas Gibson, el capitán Philip Wolford y el teniente coronel Philip de Camp, que dispararon o autorizaron el disparo contra el hotel Palestina.