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Crítica:MÚSICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El primer gran Mozart operístico

Mozart supera con esta obra, estrenada con rotundo éxito el 29 de enero de 1781 en el teatro de la corte de Múnich, los estrictos límites en el tratamiento de la opera seria en el siglo XVIII para abrir el género con audacia a una nueva dimensión formal y expresiva. El director de orquesta alemán Sebastian Weigle, director musical del Liceo, y su compatriota, el director de escena Nicolas Brieger, llevan las riendas de una producción que llega al coliseo barcelonés procedente de los festivales vieneses de Pascua y Klangbogen. En total, se ofrecen 10 funciones del 14 al 26 de marzo, con un doble reparto.

El tenor estadounidense Bruce Ford encarna a Idomeneo, papel plagado de dificultades -exige un tenor lírico de amplia extensión y dominio de las agilidades- en el que han probado fortuna famosos tenores alejados del repertorio mozartiano, como Plácido Domingo y Luciano Pavarotti. Ford comparte escenario con otras tres voces de exquisita trayectoria mozartiana, la soprano española María Bayo, en el papel de Ilia; su colega, la austriaca Regina Schörg, en el de Elettra, y la mezzosoprano estadounidense Kristine Jepson, en el de Idamante. Completan el reparto los tenores españoles Francisco Vas (Arbace) y Eduardo Santamaría (Gran Sacerdote de Neptuno) y el bajo coreano Kwangchul Youn (La Voz).

Atención también al segundo reparto (tres funciones populares) encabezado por el tenor italiano Roberto Saccà, la soprano sueca Marie Arnet, la estadounidense, también soprano, Barbara Quintiliani, y, en el papel de Idamante, una voz española en pleno ascenso internacional, la mezzosoprano Maite Beaumont, que debutó el pasado verano en el Festival de Salzburgo.

En Idomeneo, considerada

la primera gran ópera mozartiana, en el umbral de sus más famosos títulos, Mozart se pliega a las formas de la ópera seria, género en vías de extinción al que curiosamente regresó con La clemenza di Tito, última ópera seria de la historia, estrenada en Praga en 1791, tres meses antes de su muerte. El genio mozartiano insufla nueva savia operística al género con una más expresiva utilización de los recitativos, más variedad en la composición de las arias, y, siguiendo la pauta reformista de Gluck, otorgando gran relevancia al papel de la orquesta y, de forma especial, al coro, al que destina 9 de los 31 números que posee la obra. La partitura cuenta con 14 arias de solista que exigen grandes dosis de virtuosismo, agilidad, expresividad y dominio estilístico.

Inspirada en textos homéricos, la ópera, con libreto de Giambattista Varesco basado en una ópera francesa de Campra y Danchet, narra la historia del rey Idomeneo de Creta, quien, sorprendido por una tempestad en el mar de regreso a su patria, pacta con Neptuno, el rey de los mares, salvar su vida y la de sus hombres a cambio de sacrificar a la primera persona que encuentre al pisar tierra. Esa persona es Idamante, su hijo, que finalmente logra salvar su vida y suceder a su padre en el trono.

Kristine Jepson y María Bayo, en 'Idomeneo'.
Kristine Jepson y María Bayo, en 'Idomeneo'.ANTONI BOFILL

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