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El cataclismo cósmico más lejano da pistas sobre el Universo joven

Un agujero negro nació hace 12.800 millones de años

El esfuerzo internacional para estudiar la explosión cósmica más lejana y antigua detectada hasta ahora, en septiembre de 2005, ha planteado algunas preguntas de difícil respuesta. La supuesta causa, una estrella masiva que colapsó en un agujero negro hace 12.800 millones de años, cuando el universo era muy joven, plantea cómo terminó su vida una estrella tan poco tiempo después de que se formaran las primeras estrellas y galaxias.

La explosión del 4 de septiembre de 2005 (ver EL PAIS de 13 de septiembre) empezó con un estallido de rayos gamma que, aunque sólo duró 80 segundos, fue detectado por el nuevo telescopio especializado Swift. A partir de ahí, el sistema de alerta automático establecido en astronomía para estos fenómenos hizo entrar en la secuencia de observación a numerosos telescopios, terrestres y espaciales, entre ellos varios españoles.

Cuando resultó imposible observar la llamada contrapartida óptica -la aparición de un punto luminoso en el mismo lugar de donde provienen los rayos gamma- los astrónomos empezaron a pensar que el cataclismo cósmico se había producido mucho más lejos y, por tanto, antes en el tiempo, que cualquiera de los observados hasta ahora. Cuando se vio muy poco tiempo después muy brillante en el rango del infrarrojo se confirmó que se trataba de un objeto muy lejano. Los datos de estas observaciones del estallido, -bautizado GRB050904 y observado en la constelación de Piscis-, se publican hoy en la revista Nature.

Dado que la edad del Universo aceptada actualmente es de 13.700 millones de años, la explosión tuvo lugar cuando el Universo era muy joven, sólo tenía 900 millones de años. La teoría más plausible que tienen los astrónomos para estos fenómenos de inimaginable violencia es que marcan el nacimiento de agujeros negros al final de la vida de un tipo de estrellas masivas. Es algo que parece extraño que se produjera tan pronto en la evolución del Universo. "Ésta fue una estrella masiva que vivió deprisa y murió joven", intentó explicar ayer David Burrows, de la Universidad de Pensilvania (EE UU), uno de los autores de las observaciones que se publican hoy. "La estrella fue probablemente bastante distinta de las que vemos actualmente, un tipo de estrella que sólo pudo existir en el universo temprano".

Pero además, como señala Enrico Ramírez-Ruiz en la misma revista, el fenómeno resulta una primicia: "Por primera vez, los objetos que pueden ser identificados espectroscópicamente no son sólo galaxias sino también estrellas individuales". En astronomía, la distancia y la antigüedad de un objeto lejano están relacionadas, porque la luz que sale de un objeto tarda un tiempo en llegar hasta la Tierra y poder ser observada. Por tanto, los objetos lejanos se ven cómo eran cuando la luz partió de ellos.

Los estallidos de rayos gamma tan lejanos servirán así de balizas para el descubrimiento de galaxias cada vez más lejanas y más jóvenes y también para conocer mejor el Universo pregaláctico, explica Ramírez-Ruiz.

"Ahí, donde hemos visto el estallido de rayos gamma, tiene que haber ya una galaxia de las primigenias del Universo pero con la tecnología actual no la podemos ver todavía, porque es muy débil", comentó ayer Alberto Castro-Tirado, el astrónomo español que ha coordinado las observaciones desde los telescopios robotizados Bootes en Huelva (INTA-CSIC) y el de Calar Alto (CSIC-Sociedad Max Planck) en Almería.

El estallido de rayos gamma GRB050904, cada vez menos brillante, observado en infrarrojos.
El estallido de rayos gamma GRB050904, cada vez menos brillante, observado en infrarrojos.DANIEL REICHART.

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