Bruselas quiere que un regulador europeo de energía potencie las conexiones

Bruselas propugna crear un Regulador Europeo de la Energía a escala comunitaria para impulsar las interconexiones entre los distintos Estados. El propósito es garantizar el funcionamiento del mercado interior de la energía y más seguridad en el abastecimiento. Ésta es una de las iniciativas más concretas que contiene el último borrador del Libro Verde de la energía que hoy presentarán el presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, y el comisario de Energía, Andris Piebalgs, responsable de su elaboración y que deja la opción nuclear a los Estados.

Afrontar el desafío de los crecientes costes y la dependencia energética del exterior fue una de las prioridades establecidas en la cumbre del pasado mes de octubre celebrada en Hampton Court. La preocupación por la inseguridad energética aumentó sensiblemente a raíz de la crisis entre Rusia y Ucrania por el suministro del gas, a principios del presente año, que puso de relieve la creciente fragilidad de las fuentes de abastecimiento europeo.

Los estudios de la Comisión Europea advierten de que "si no se toman medidas en los próximos 20 o 30 años, la dependencia europea de las importaciones aumentará del 50% actual hasta el 70%. En el caso del gas natural, las importaciones aumentarán un 80% en los próximos 25 años".

Con el objetivo de diseñar una Política de la Energía Europea, la Comisión Europea encargó al comisario Andris Piebalgs la elaboración de "un Libro Verde" que será uno de los asuntos más importantes de la agenda de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los próximos días 23 y 24 de marzo. La elaboración de este documento ha experimentado, no obstante, numerosas modificaciones debido a la necesidad de conciliar los intereses de los distintos Estados.

Asegurar el suministro

Sin embargo, según Piebalgs, tres objetivos generales de la Política Energética Europea permanecen invariables: "Asegurar el suministro, conseguir que las políticas energéticas sean competitivas y aporten beneficios a la economía y a los consumidores y garantizar la reducción del impacto ambiental tanto en la producción como en el uso de la energía".

El futuro Regulador Europeo de la Energía, que prevé el documento, centrará su actividad en potenciar las conexiones entre los distintos países. Este organismo coexistiría con los actuales reguladores nacionales.

Piebalgs considera necesario establecer una Política Energética Exterior de la Unión Europea para evitar situaciones conflictivas como las registradas recientemente entre Alemania y Polonia, por el suministro de gas procedente de Rusia.

Esta Política Energética Exterior Común no se personalizaría, como en el caso de la Defensa y Seguridad Europea, que está encomendada al secretario general de la Unión Europea (UE), Javier Solana.

La Política Energética Exterior sería diseñada por la Comisión y aprobada posteriormente por el Consejo de la Unión, que elaboraría un informe anual con la estrategia común para los 25 Estados miembros.

Uno de sus objetivos será dedicar una especial atención a renovar los acuerdos con los suministradores exteriores, especialmente Rusia, principal proveedor de la UE de petróleo y gas.

El documento pasa de puntillas sobre la energía nuclear, que deja en manos de los Estados miembros la decisión del llamado mix energético, es decir, la proporción de cada una de las fuentes de energía que acuerden los distintos países.

En el último de los borradores del Libro Verde se afirma que "se debe desarrollar un transparente y objetivo debate sobre el papel de la energía nuclear en la Unión Europea, por los Estados miembros que desean seguir con esta opción". "La energía nuclear", añade, "contribuye en el presente con un tercio de la producción de la UE". Y añade que "la Unión puede jugar un valioso papel garantizando que el coste, las ventajas y los inconvenientes de la energía nuclear sean identificados para un debate bien informado, objetivo y transparente".