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Reportaje:APUNTES

La niña bonita de Castellón

La Universidad Jaume I celebra su consolidación 15 años después de nacer

María Fabra

Entre Elsa e Isabel han pasado 15 años. Pero no sólo eso. La inmensidad que para Elsa fue en 1991 aquel, realmente no tan grande, edificio del campus de Borriol se ha hecho realidad con la construcción de un campus, casi completo, el de Riu Sec. Uno de los motivos que llevó a Isabel, a mediados de 2005, a quedarse en Castellón, pese a que su idea inicial era la de cursar una carrera en otra ciudad.

Elsa fue uno de los "conejillos de indias", tal como se sintió en alguna ocasión, de la primera promoción de la licenciatura de Humanidades de la Universidad Jaume I. Isabel se matriculó en Derecho y apenas hace cinco meses que es estudiante de la "misma" Jaume I. Han pasado 15 años desde el momento en el que una y otra comenzaron a ser universitarias. 15 años que, sin embargo, no han supuesto que la primera sensación fuera distinta en ambos casos. Tanto Elsa como Isabel percibieron, a sus 18 años, una sensación de "libertad", de que les consideraban "mayores", de que aquello de ser universitarias era algo serio. Una sensación que, en el caso de Elsa, ha pasado a ser un recuerdo y, en el de Isabel, percibe cada día.

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La Jaume I ha cambiado. De ser un bebé con cara de mayor, dado el aspecto que ofrecían los edificios del antiguo campus, ha pasado a ser la niña bonita, expresión con las que se conoce al número 15. Una amplia avenida que, bajo el onírico nombre de Jardín de los sentidos, es, además, un espacio wi-fi, recibe ahora a los estudiantes. Al fondo oeste, el ágora, con el guante blanco de la sabiduría rodeado de comercios y servicios y custodiado por la biblioteca y el rectorado. Una biblioteca que guarda cerca de 290.000 libros, 8.702 revistas, 85 mapas, 186.000 microfichas, además de material audiovisual y una fonoteca con 76.092 volúmenes.

A la niña bonita le falta algunos complementos. El paraninfo, el parque tecnológico, las instalaciones deportivas... Pero todos ellos estarán en marcha cuando celebre su mayoría de edad.

Todo este crecimiento se ha basado en el incremento, también de las "cifras de la Jaume I". El presupuesto de la Universidad castellonense cuando se inauguró el primer edificio del nuevo campus fue de 35 millones de euros, mientras que el de este año asciende a alrededor de 92 millones. Los poco más de 5.000 alumnos que accedieron a la Jaume I en 1991 se han multiplicado hasta lograr la matriculación de 12.777 estudiantes, de los que más de 54% son mujeres. Sin embargo, esto no ha supuesto una masificación sino, al contrario, el ratio de alumnos por profesor ha descendido ya que ha pasado de 18,2 a 12,5, con el trabajo que desempeñan los 1.022 docentes. También el personal de administración y servicios se ha multiplicado, en este caso, pasando de 210 profesionales a 564. El incremento de la oferta ha sido uno de los motivos que han llevado a que el resto de cifras se incremente. Y es que las 16 titulaciones que en 1991 ofrecía la universidad, se han convertido en 30, de las que 28 son titulaciones oficiales y las otras dos corresponden títulos propios.

Pero no sólo han sido tangibles. La investigación y la destacada aplicación de las nuevas tecnologías han sido dos de las premisas sobre las que la Jaume I ha basado su evolución en estos quince años hasta llegar a la edad de la niña bonita. La investigación ha llevado a la consecución de 385 contratos que reportan un total de 8,2 millones de euros. No en vano, los ocho profesores investigadores que comenzaron en aquel 91 se han convertido en 680. Pero la colaboración con los sectores productivos también se da a otros niveles ya que la Jaume I tiene 1.800 convenios de colaboración con empresas e instituciones para que sus estudiantes realicen prácticas y el 24% de éstos se quedan en ellas al acabar sus estudios. Los índices de inserción laboral también son motivo de orgullo ya que, según las cifras oficiales, el 84 % de los alumnos tienen trabajo antes de cumplirse un año desde que finalizaron su carrera.

La Jaume I fue la sede en la que se creó el primer servidor web español, en 1993. Sobre la premisa de que Internet es el canal de comunicación más ecológico, más rápido y universal, ha potenciado y mejorado su portal que, durante el pasado año, recibió más de 2,6 millones de visitas.

Los logros han tenido, de momento, cuatro padres. Francesc Michavila fue el rector que la vio nacer. Celestino Suárez tomó el relevo durante dos años hasta la designación, la primera tras unas elecciones, de Fernando Romero, que presidió los años de mayor impulso para la Jaume I. El actual rector, Francisco Toledo, no sólo ha consolidado el trabajo de sus predecesores, sino que ha impulsado, con firmeza, los nuevos proyectos, ha abundado en la relación que la universidad debe tener con la empresa y se ha implicado, directamente, en la aplicación de la nueva normativa universitaria.

Pero la Jaume I quiere más, y su juventud provocó que las instalaciones se pudieran ubicar en el mismo casco urbano. Pese a que actualmente, la universidad está inmersa en el entramado de la ciudad, el equipo de gobierno actual quiere acercarse más a la ciudadanía. Y, además de la sala de exposiciones que posee en el centro de la capital de La Plana, ha logrado, tras una ardua pugna, el compromiso de cesión de un edificio en la mismo ciudad, que se convertirá en puerta y cara de la Jaume I.

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