El sumario del 11-M acumula 400 pruebas periciales y 50.000 llamadas telefónicas
El juez dictará el auto de procesamiento en abril, tras reunir 80.000 folios de pesquisas
El juez del 11-M ha encarado la recta final de la investigación del mayor atentado en España: 192 muertos, incluido el geo muerto en Leganés, y más de 2.000 heridos. Juan del Olmo pretende hacer público a finales de este mes o a primeros de abril el auto de procesamiento, punto culminante de un sumario que en dos años de pesquisas suma 200 tomos y 80.000 folios. La indagación acumula más de 400 pruebas periciales y datos sobre 50.000 llamadas telefónicas por los imputados en esta causa. El juez mantiene acusadas a 116 personas, pero, según fuentes judiciales, serán procesadas entre 30 y 40. Si todo va como parece, el juicio podría celebrarse a partir del primer trimestre del año que viene.
El sumario del 11-M se ha convertido en casi una biblioteca. En los 200 tomos que ya ocupa se reúnen 80.000 folios con pesquisas para desentrañar los propios atentados de los trenes, la trama asturiana que puso los explosivos en manos de los terroristas islamistas, el episodio de los siete suicidas de Leganés, dos atentados fallidos contra sendos trenes AVE y otras investigaciones colaterales. De lo que se conoce hasta el momento, no hay rastro de una intervención de ETA, ni siquiera marginal, y todo apunta a una confabulación entre islamistas locales, procedentes de la delincuencia común, inspirados y jaleados por Al Qaeda.
La inmensa mayoría de los 116 imputados en la causa son islamistas, salvo una veintena de españoles, muchos de ellos mineros asturianos. De los 116 imputados, 25 permanecen en prisión (incluido Rabei Osma, El Egipcio, preso en Milán), aunque otros 42 están en libertad con medidas cautelares. La previsión es que Del Olmo incluya en su auto de procesamiento (ya ha superado los 1.000 folios) a un tercio de ellos. Los procesados serán fundamentalmente aquéllos cuya implicación en los hechos está basada en testimonios y, sobre todo, en pruebas periciales.
El juez ha acumulado unas 400 de esas pruebas, la mitad de las cuales corresponde a los 200 perfiles de ADN recogidos. A todos los imputados se les ha tomado su huella genética para compararlas con las halladas en los escenarios de los crímenes.
El mayor volumen de pruebas corresponde a las llamadas telefónicas efectuadas por los imputados. En total se han rastreado 50.000, realizadas desde el 26 de febrero de 2004 (para conocer los preparativos y el traslado de explosivos) y finales de abril.
Además, la policía y la Guardia Civil han puesto en manos del juez el resultado de 50 inspecciones oculares y de otras tantas pruebas de documentos-copia sobre textos en castellano y árabe.
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