800.000 plazas disponibles para un censo de 550.000 coches
En la medida en que el actual equipo municipal de París tiende a potenciar el transporte público y a dificultar el uso del vehículo privado, no es extraño que se haya tendido a favorecer el aparcamiento residencial en detrimento del de paso.
Hoy, aparcar en la calle, en las zonas reservadas para ello -hay 800.000 plazas para 550.000 coches-, cuesta dos euros la hora pero sólo 50 céntimos al día si se tiene la tarjeta de residente.
Es decir, que tener aparcado el coche debajo de casa no es ruinoso, pero utilizarlo para moverse por dentro del centro de París, sí.
Los parquímetros no funcionan con monedas ni con tarjetas de crédito, sino con unas tarjetas especiales que hay que comprar en los estancos y que contribuyen a complicar la vida del ciudadano que es además conductor.
El Ayuntamiento de París dispone también de unas 20.000 plazas libres de parking en el subsuelo de inmuebles que son de propiedad municipal y de alquiler moderado. La previsión es incorporarlas al mercado gradualmente, 8.000 cada año a partir de 2007.
Los comerciantes y artesanos que trabajan en el centro de París pueden disponer de una tarjeta autorizándoles a aparcar, con una tarifa muy reducida, en los alrededores del lugar donde tienen su negocio. En ese caso se ahorran los 475 euros anuales de la tarjeta de residente.
Desde el año 2001, la ciudad de París ha aumentado su oferta de autobuses en un 8%, ha logrado que circulen un 20% más deprisa y ha reforzado, además, el servicio del metro en un 6%.
En una reciente encuesta realizada, un 78% de los ciudadanos que residen en París aseguran "aprobar la lucha contra la contaminación atmosférica a base de limitar la circulación y potenciar el transporte público".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.