Prohibido ofender al caníbal
Un tribunal alemán veta la exhibición de una película basada en el internauta que castró, mató y se comió a su amante
La audiencia territorial del Estado federado de Hesse emitió ayer un fallo de urgencia para prohibir en Alemania la exhibición de la película Rotemburgo, inspirada en el crimen del caníbal Armin Meiwes. Considera el tribunal que la película, una producción norteamericana que iba a estrenarse el próximo día 9, atenta contra el derecho a la propia imagen y la personalidad de Meiwes.
El juez fijó una multa de 250.000 euros si la película se exhibe o difunde por cualquier medio. La productora de la película, que lleva por título el nombre de la ciudad donde ocurrieron los hechos, calificó la decisión judicial de atentado contra la libertad artística "con desastrosas consecuencias para la economía y el arte cinematográficos".
Meiwes cumple una primera condena de ocho años por haber castrado, matado, fileteado y en parte comido a un compañero que conoció a través de Internet y se prestó al juego que le costó la vida. El fiscal consideró que la condena de ocho años, por homicidio consentido por la víctima, no tiene en cuenta aspectos importantes del crimen y la recurrió en su día. Corre ahora Meiwes el riesgo de ser condenado a cadena perpetua por asesinato con alevosía, por bajos motivos como sería la satisfacción de sus instintos. La sentencia en el tribunal de apelación está prevista para el próximo 9 de mayo.
El abogado del caníbal, Harald Ermer, declaró ayer: "La película dura 80 minutos. Hemos encontrado 88 puntos de coincidencia con la historia del señor Meiwes y es exagerada. Mi defendido aparece como un asesino brutal que al final apuñala de forma arbitraria a una persona. Esto nos parece inadmisible". Negó el abogado que el caníbal haya demandado a la productora por motivos económicos. El letrado argumentó que el pasado enero la productora ofreció dinero para conseguir el permiso de Meiwes para la exhibición de la cinta. Meiwes tiene firmados un contrato con otra productora para filmar un documental y otro para escribir un libro.
La productora declaró ayer que la decisión del tribunal es por completo incomprensible e incompatible con la Constitución. "No se puede obligar a que en el futuro el tratamiento artístico de personas contemporáneas dependa de su conformidad o de su voracidad por los beneficios", indicó.
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