'Bulling' en ebullición
Suelen ser llamados frikis, raros, empollones. Aunque sólo son personas débiles, tímidas, irritables, con aspecto diferente; éste es el perfil estándar de los afectados por el bulling escolar. Las situaciones de maltrato entre jóvenes se dan continuamente. Desde hace poco, se están relatando estos sucesos en los medios de comunicación y nos encontramos sobreinformados de todas las anécdotas y desastres. Pero quizás tendríamos que empezar a plantearnos por qué se dan estas situaciones. ¿Qué se necesita para hervir este plato indigesto?
Para empezar, póngase una multitud de agresores que atacarán a los más débiles. Añádase que los verdugos normalmente son fracasados escolares, inseguros y acomplejados, además de sádicos insensibles que buscan aclamación y diversión en el sufrimiento de los demás.
Intolerancia, envidia, soberbia y egoísmo son contravalores imprescindibles para elaborar este agrio propósito. Por último, cúbrase todo con el silencio de adultos y profesores que, atemorizados ingenuamente delante de posibles adversidades, no impiden que se produzcan estos actos envenenados con escasas consecuencias legales.
Finalmente, el tiempo de elaboración indicará los posibles efectos secundarios, que pueden ir desde una anulación de la persona hasta el suicidio, la liberación total.
Estas graves consecuencias ya forman parte de nuestra actualidad. La violencia nos viene servida en crueles bandejas de plata y las nuevas generaciones están creciendo en el olvido de muchos valores humanos.
Mientras, un chaval del País Vasco no pudo soportar la presión de estas situaciones y acabó con su vida: el infierno está servido.
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