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Italia cierra 2005 con la economía estancada, 102.000 empleos menos y un déficit del 4,1% del PIB

Enric González

La economía italiana no crece. En 2005, el producto interior bruto aumentó un 0,0%, según datos publicados ayer por el Instituto de Estadística, lo que disipó cualquier esperanza despertada por el tímido 1,1% registrado en 2004. El déficit presupuestario fue del 4,1% del PIB y se perdieron 102.000 puestos de trabajo. El ministro de Economía, Giulio Tremonti, afirmó que el cuadro macroeconómico contenía "luces y sombras". El candidato de la oposición a la presidencia del Gobierno, Romano Prodi, dijo que los datos confirmaban el fracaso de la gestión de Silvio Berlusconi.

Nadie esperaba un crecimiento clavado en el cero. El ministro Tremonti, la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional e incluso la oposición parlamentaria pronosticaban alguna décima en el guarismo. El último boletín del Ministerio de Economía ya había fijado en el 0,0% su previsión oficial, pero en un texto adjunto se enumeraba una serie de factores que señalaban a "un par de décimas de crecimiento positivo".

Se volvió, sin embargo, al mismo crecimiento cero de 2003, un año tan negativo que parecía imposible repetirlo. La comparación con otros países europeos tampoco ayudó a endulzar la noticia. Alemania, por ejemplo, aumentó su PIB en un 0,9%. "Hay que darse prisa en corregir el rumbo", declaró Prodi, "porque la situación es terriblemente preocupante. Nadie pensaba en una recesión tan larga, la peor desde la posguerra".

Pierluigi Bersani, un especialista económico de la oposición, hizo notar que la producción industrial había descendido un 6,1% en los cinco años de gobierno de Berlusconi. El ex fiscal Antonio di Pietro, también en la oposición, ironizó: "¿Pero no tenían que ser estos cinco años los más bonitos de nuestra vida? ¿No teníamos que ser todos más modernos y más ricos que en 2001?".

Tremonti, en cambio, prefirió ver el lado positivo incluso en un dato negativo como el referido al déficit. "Yo temía un resultado peor y, honestamente, me habría dado por satisfecho con el 4,3% que reflejaban nuestros pronósticos. El 4,1% constituye una buena señal e indica que la cura que aplica el Gobierno está funcionando".

El cuadro macroeconómico publicado ayer contenía otros indicadores que incitaban al pesimismo. Por un lado, la inversión bruta reflejaba una caída del 0,6%, en un momento en que las inversiones repuntaban en otros países de la UE. Por otro lado, se constataba un aumento de los impuestos directos (2%) y de los impuestos indirectos (3,3%), aunque la presión fiscal global se redujera del 40,6% al 40,5% de la renta italiana.

La anemia de la economía provocó a su vez la destrucción de 102.000 puestos de trabajo a tiempo completo. "Estamos ante la más clara demostración del fracaso del centro-derecha", manifestó Piero Fassino, secretario general del Partido de los Demócratas de Izquierda.

Fuentes del Ministerio de Economía hicieron hincapié en una leve mejora en la producción industrial, la cartera de pedidos y las ventas al por menor.

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