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Los conservadores británicos rompen con el legado de Thatcher

Los 'tories' votarán sobre el giro al centro defendido por su nuevo líder

El nuevo líder tory David Cameron presentó ayer los nuevos mandamientos políticos de su partido, que suponen una ruptura radical con la herencia de Margaret Thatcher. Se trata de las bases de su ambicioso pero arriesgado viaje al centro con un único objetivo: romper el monopolio del mensaje centrista con el que Tony Blair parece haber secuestrado el voto de las clases medias. Una maniobra que supone enfrentarse al partido del Gobierno con sus mismas armas. El giro al centro será ratificado por los militantes de base.

David Cameron presentó anoche sus propuestas en defensa de un partido "moderno y compasivo". Durante los próximos meses serán debatidas por los cuadros y las bases del partido. El documento final, que deberá surgir de ese debate, será sometido a la votación de los militantes conservadores antes del tradicional congreso de otoño, el próximo octubre.

Las propuestas no son en sí mismas extraordinariamente novedosas porque sintetizan el pensamiento político expresado por Cameron durante su campaña por el liderazgo del partido y tras su victoria. Pero suponen una ruptura radical con el modelo de partido que los tories han heredado de la era de Margaret Thatcher.

Por encima de la tradicional apuesta por la reducción del gasto público y el recorte de los impuestos, el Partido Conservador de David Cameron se fija la prioridad de "la estabilidad económica y la responsabilidad fiscal". "Hay una cosa llamada sociedad", dice el texto, contraviniendo la alergia thatcheriana a ese concepto, aunque de inmediato matiza que "esa cosa llamada sociedad no es la misma cosa que el Estado".

"El principal examen que tenemos que superar es cómo ayudar a los más desheredados de la sociedad, no a los ricos", reza el texto antes de hacer un canto a "la justicia social y la igualdad de oportunidades".

"La calidad de vida es importante, al igual que importa la cantidad de dinero", proclaman los mandamientos de Cameron, que desde el primer momento ha abrazado el ecologismo político en sus intervenciones públicas y ha introducido los problemas del cambio climático en la agenda tory.

"Servicios públicos para todos debe ser una garantía del Estado, aunque no necesariamente gestionados por el Estado", proclama el cuarto punto, gemelo al pensamiento tradicional de Tony Blair. "Tenemos la obligación moral de hacer de la pobreza historia", proclama el quinto punto, que intenta así hacerse con un lema que el Gobierno laborista ha hecho prácticamente suyo y que convirtió en bandera de su presidencia del Grupo de los Ocho países más poderosos del mundo, del que ocupó la presidencia el año pasado.

"Seguridad y libertad han de ir de la mano", proclama el sexto mandamiento, que denuncia el "autoritarismo inefectivo" con el que Cameron ha intentado etiquetar a Tony Blair en los recientes debates sobre las nuevas medidas antiterroristas patrocinadas por el Gobierno laborista.

El séptimo, que parece chocar frontalmente con el profundo instinto antiestatal de la era de Margaret Thatcher, proclama: "Creemos en el papel del Gobierno como fuerza para el bien. Puede y debe apoyar las aspiraciones a tener una casa propia, a ahorrar para la pensión, a empezar un negocio. Debería apoyar a las familias y al matrimonio y a aquellos que cuidan de los demás. Y debería apoyar las experiencias compartidas que nos hacen estar juntos, como el deporte, las artes y la cultura".

Una invitación a las ayudas públicas que parece oponerse incluso a la izquierda del Nuevo Laborismo. El octavo y último mandamiento de Cameron defiende la descentralización administrativa, algo también tradicionalmente combatido en la era Thatcher.

Las primeras voces críticas señalan que esta plataforma podría ser perfectamente asumida por los laboristas, con el riesgo de acabar confundiendo a los electores, y que faltan en ella asuntos conflictivos y siempre presentes en el debate político tory, como Europa o la inmigración.

El líder conservador británico, David Cameron, durante la conferencia <i>tory</i> de Blackpool en 2005.
El líder conservador británico, David Cameron, durante la conferencia tory de Blackpool en 2005.REUTERS

LAS PROPUESTAS

- Estabilidad económica y responsabilidad fiscal Ayudar a los ciudadanos desheredados, no a los ricos

- Servicios públicos para todos. No necesariamente gestionados por el Estado

- Apoyo a la propiedad de la vivienda, al ahorro y a la familia

- Descentralización administrativa Obligación moral de hacer de la pobreza historia

- "Creemos en el papel del Gobierno como fuerza para el bien"

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