Capturado el supuesto homicida del piloto asesinado en Torrelodones

Caso cerrado. La Guardia Civil ha detenido a José Luis Santurio Parapar, de 48 años, acusado de matar el pasado día 6 al ex piloto de Iberia Rafael Romero Arrieta, de 64 años. El arrestado, un hombre residente en Cerceda, descerrajó presuntamente un tiro en la nuca a Romero porque éste le había prometido el pasado junio ser el cocinero del restaurante que planeaba abrir en Torrelodones. El Cuerpo Nacional de Policía mantiene otra línea de investigación que relaciona la muerte de Romero con el asesinato de José Luis Recuero del Pino, confidente de la policía, ocurrido dos días antes.

El hallazgo del cadáver de Romero se produjo sobre las 9.10 cuando lo vio un empleado de la gasolinera situada en el kilómetro 28,700 de la vía de servicio de la autovía de A Coruña (A-6), a unos cien metros del casino de Torrelodones. Los facultativos de una UVI móvil del Summa sólo pudieron certificar su muerte, ocurrida unas horas antes en la parte posterior de la estación de servicio.

Los agentes de Homicidios de la Guardia Civil empezaron a investigar los círculos más próximos al ex piloto, que se jubiló en 2001. Las pesquisas les llevaron hasta José Luis Santurio, al que la víctima le ofreció ser el cocinero de un restaurante que tenía previsto abrir en Torrelodones. El sueldo pactado era de unos 2.000 euros. El supuesto autor del crimen dejó su trabajo en otro establecimiento de la capital el pasado mes de julio, e incluso le entregó a Romero unos 6.000 euros para participar como socio en la apertura del local.

Estos hechos supusieron, según informó ayer el instituto armado, que Romero hubiera contraído una importante deuda con Santurio. El presunto homicida, tras presionar insistentemente a la víctima, lo siguió el pasado 5 de febrero y, tras forzar a que le acompañara hasta la gasolinera, realizó dos disparos sobre la víctima.

La Guardia Civil, que tenía en su poder el teléfono móvil de Romero, comprobó que el ahora detenido efectuó varias llamadas a este aparato, pese a que sabía por otras personas allegadas que Romero había muerto. En esas ocasiones, Santurio dejó grabadas en el buzón de voz frases como "Rafael, ¿dónde te has metido? Tengo que hablar contigo", o "¿qué pasa? ¿Dónde estás?".

Los guardias civiles detuvieron a Santurio el pasado 20 de febrero cuando entraba en la casa cuartel de Cerceda, municipio en el que reside. Según los investigadores, quería hablar con el sargento responsable del puesto, ya que pretendía presentar una denuncia para fabricarse una coartada.

El arma homicida no ha sido recuperada. En el registro del domicilio del supuesto homicida, los agentes hallaron un casquillo del calibre 9 milímetros parabellum percutido. Éste fue disparado por la misma arma que el casquillo hallada junto al cadáver de Romero, según fuentes del caso. El supuesto agresor, que está ingresado en la prisión de Soto del Real, ha estado detenido en Lleida por tráfico de estupefacientes, lesiones y resistencia, y desobediencia a la autoridad. El detenido, que no reconoció ser el autor del crimen, cayó en "numerosas contradicciones", según fuentes del caso.

Agentes del Cuerpo Nacional de Policía mantenían una investigación paralela de este caso, ya que lo vinculaban con la muerte de José Luis Recuero del Pino, de 60 años, confidente de la Brigada Central de Estupefacientes. Éste fue asesinado de tres disparos el pasado 4 de febrero, dos días antes que Romero. Según las pesquisas policiales, ambos estaban supuestamente relacionados en un negocio de blanqueo de dinero procedente del narcotráfico.