Cuarta fuga en el centro de detención de extranjeros desde su apertura

Cuarta fuga de presos ingresados en el centro de inmigrantes de extranjeros (CIE) de Carabanchel en menos de ocho meses (desde su inauguración). Tres hombres huyeron en la madrugada de ayer tras arrancar los barrotes de las ventanas y saltar el muro de dos metros escasos de altura que les separa de la avenida de los Poblados. Fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid señalaron que se han dirigido varios escritos a la Dirección General de la Policía, organismo del que depende el edificio, y que hasta la fecha no se han tomado soluciones para resolver un problema estructural que se repite desde su apertura en junio.

Según fuentes sindicales, la fuga se produjo sobre las tres de la madrugada de ayer. Los presos reventaron la argamasa que sujeta los barrotes de las ventanas y salieron al recinto policial sin hacer ningún ruido. Desde allí, saltaron el muro exterior apoyándose en las tuberías que lo recubren por la parte interna. "Es una vergüenza que un edificio tan moderno tenga estos problemas y que las fugas de internos sea continua", señaló un representante sindical.

La Jefatura Superior de Policía puso en marcha un protocolo de vigilancia para el recinto que supone hacer rondas continuas por la zona para evitar las salidas. Sin embargo, los esfuerzos de los agentes destinados a estas guardias de poco sirven, según los sindicatos policiales, si el centro no reúne las mínimas condiciones para recluir a un centenar de inmigrantes.

Ésta es la cuarta fuga que se registra en el CIE desde que fue abierto el pasado 28 de junio en el antiguo hospital penitenciario de Carabanchel, en la avenida de los Poblados. La primera se produjo el primer día de internamiento de los presos, cuando cinco detenidos huyeron. La segunda ocurrió el pasado 13 de octubre y la penúltima el 21 de noviembre.

Por otra parte, unos 60 internados sufrieron el domingo una gastroenteritis leve tras ingerir algún alimento en mal estado, dentro del menú servido por la empresa encargada de las comidas. Padecían vómitos y diarreas, según fuentes sindicales. Fueron atendidos por el Samur, que les impuso una dieta blanda. Ayer todos se encontraban recuperados.