Polizones en su propio barco
Tres tripulantes de un carguero encallado frente a Avilés siguen a bordo
Tres de los nueve tripulantes rusos del buque cementero Grenland, con bandera de conveniencia de la caribeña isla Dominica, que encalló el pasado martes en una escollera en la bocana de la ría de Avilés (Asturias), permanecen encerrados a bordo. El capitán, el primer oficial y el jefe de máquinas se niegan a desalojar el barco, pese al elevado riesgo de que el mercante, de 36 años de antigüedad y con un largo historial de anomalías y deficiencias, se parta por la mitad a causa del oleaje y de los graves daños que sufre. Los tres encerrados, los de mayor rango, polizones en su propio barco, exigen el cobro de los salarios de los cinco últimos meses, que el armador adeuda a toda la tripulación.
El 'Grenland' es "una ruina flotante", según la Asociación Española de Marina Civil
El barco lo maneja la sociedad Shipping Limited, de San Petersburgo (Rusia), aunque su armadora es la compañía Balchart Estonia Limited, con sede en Tallín (Estonia).
El capitán, Alexander Pakhutchiy, de 50 años y con 20 de experiencia en el mar, exige garantía de cobro de los salarios para desembarcar, y denuncia que otro barco de la misma flota, el Norland, lleva un año abandonado en Santander. La Federación Internacional de Trabajadores del Transporte, en la que está integrada UGT, intenta mediar con el armador, que, según la tripulación, tras conocer el accidente, se desentendió del barco.
Las autoridades marítimas cursaron orden de desalojo del Grenland por el peligro para las vidas de la tripulación y los equipos de salvamento. El buque, del que ya se ha extraído gran parte de las 22 toneladas de combustible que almacenaba en sus tanques, tiene inundada la sala de máquinas y el agua llega en pleamar a la primera cubierta. Los otros seis miembros de la dotación accedieron a abandonar el carguero el sábado por la tarde y permanecen acogidos en la Casa del Mar de Avilés.
El Grenland es un barco de 77 metros de eslora que fue botado en 1970 en Alemania con el nombre de Kiefernberg-87. Ha cambiado tres veces de nombre y de bandera.
En los últimos 10 años fue retenido cuatro veces por diversas irregularidades en Rusia, Finlandia e Inglaterra, la última de ellas, el pasado 19 de enero, y en 14 de las 23 inspecciones a que ha sido sometido se le han detectado 61 deficiencias, según la Asociación Española de Marina Civil, cuyo presidente, José Antonio Madiedo, definió el Grenland como "una auténtica ruina flotante".
El siniestro se produjo a la una y media de la madrugada del martes, cuando el buque, que procedía en lastre del puerto de Leixoes (Portugal), realizaba la maniobra de aproximación al puerto de Avilés. Una avería en las máquinas lo dejó sin gobierno hasta que colisionó de popa contra el espigón que separa la ría y el puerto de la playa de Salinas.
Los motores no han podido repararse y el casco no ha podido ser reflotado por los remolcadores. Los buzos han detectado graves daños bajo el agua y el viernes se trincó el buque con cables para fijarlo y desguazarlo. Pero el mar puede partirlo en cualquier momento y el combustible que aún lleva y los aceites podrían contaminar la zona, así como bloquear el puerto de Avilés si se hunde en los canales de acceso.
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