El juez ordena prisión para las tres personas acusadas de matar a una mujer en su piso de Mataró
Los tres detenidos por su implicación en la muerte de una mujer la madrugada del pasado domingo en su piso de Mataró ingresaron ayer en prisión tras declarar en el juzgado de guardia de la ciudad. A primera hora de la mañana empezó a declarar el primero de los imputados, el hermano de la única detenida. Posteriormente, sobre las 13.30 horas, empezó a declarar la mujer, Mónica A., y finalmente, por la tarde, lo hizo el novio de ésta, Francisco M. La juez decretó prisión para los tres.
Los Mossos d'Esquadra les detuvieron el pasado martes. Por la mañana arrestaron a los dos hombres, uno de ellos Francisco M., y por la tarde detuvieron a la pareja de éste y hermana del primero, Mónica A.
Al parecer, la pareja vivía en el mismo bloque que la víctima, en el 12 del número 9 de la calle de Sant Valentí. Ninguno de ellos pertenece al núcleo familiar de la víctima, Patrocinio H. O., de 53 años, aunque sí son vecinos del barrio, según informó ayer un portavoz de la policía autonómica.
Fuentes de la investigación descartaron que el móvil fuera la violencia de género y señalaron que están analizando otras causas. Asimismo, señalaron que la zona en la que viven los presuntos implicados y la víctima es un barrio degradado con problemas económicos y de drogas en el que son habituales las diferencias vecinales.
El cadáver de Patrocinio H. O., viuda con tres hijos, fue hallado en la medianoche del sábado, cuando los bomberos se presentaron en un domicilio de la calle de Sant Valentí de Mataró para apagar un fuego que los homicidas prendieron, supuestamente, para ocultar los rastros del crimen. El cuerpo apareció cubierto de heridas de arma blanca y prácticamente degollado.
Según algunos vecinos, Patrocinio H. O. "bebía mucho" y se podría haber creado "enemigos" por este motivo. Sin embargo, otros vecinos explicaron que la mujer mantenía buenas relaciones con ellos y "no creaba problemas en el barrio".
La mujer vivía sola en el piso 5º 1ª del número 9 de la calle de Sant Valentí. Se da la circunstancia de que los bomberos tuvieron que forzar la puerta, que estaba bien cerrada y no presentaba señales de haber sido previamente forzada por ningún intruso. En este sentido, se especula que la víctima conocía a su agresor o agresores, ya que éste habría entrado con una llave o llamando a la puerta, lo que apunta la hipótesis de que los asesinos fueran personas conocidas para ella.
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