Fiesta con Gasol y Calderón

Eran casi 400, pero a los pacíficos seguidores de los Grizzlies debieron de parecerles miles. Los españoles que acudieron al FedExForum en la madrugada de ayer (hora española) calentaron el ambiente de un partido en el que animaban a la vez a sus dos héroes, Pau Gasol y José Manuel Calderón. Para celebrar el encuentro de los dos únicos españoles de la NBA y rendir homenaje a un Gasol recién llegado del All Stars de Houston y que ha resucitado al equipo, el club de Memphis invitó a ver el duelo contra Toronto -las entradas valían 81,75 dólares, unos 69 euros- a los que se presentaran en las taquillas con su pasaporte español.

Al final, para acabar la fiesta, todos querían hacerse la foto con Gasol. Y todos se la hicieron, y le jalearon, y le dieron besos y abrazos. Él los recibió con paciencia infinita, enjugándose furtivamente la sangre del labio inferior -un golpe recibido de Loren Woods, en el primer cuarto, que le retiró de la cancha unos minutos- con un pañuelo de papel. "Sin duda, ha sido una noche muy especial. Espero que la franquicia se anime a repetirlo", decía después Gasol mientras firmaba unas cuantas camisetas. Aún no recuperado por completo de la amigdalitis con la que jugó el partido de las estrellas, dejaba ver la paliza que tenía encima: "Estoy muy cansado. Más de lo normal. Todavía no me encuentro bien".

"Ha sido una noche muy especial. Espero que el equipo se anime a repetirlo"

A pesar de ello, fue el máximo anotador, con 21 puntos, de un partido más bien discreto que los Grizzlies ganaron por 94-88, su cuarta victoria consecutiva. Calderón también fue clave en los Raptors y podría haberlo sido más con menos banquillo: "Ha demostrado que tiene un gran futuro", le elogió Gasol, que acabó abrazándole. Calderón comentó que se había sentido muy bien y que podrían haber vencido: "Sólo Gasol y el acierto de Eddie Jones en el último minuto lo impidieron".

En todo caso, la noche española le trajo suerte a Memphis. Quizá fue la presentación de los jugadores por el altavoz, por primera vez en español; quizá, el mensaje inicial de Gasol: "Gracias a todos los aficionados españoles por haber venido esta noche a Memphis. Es un placer veros en las gradas. Espero que disfrutéis del partido".

Sin duda, uno de los que más disfrutaron fue Óscar, de 18 años y cara de niño, voz ronca y emoción desatada desde el principio: "Soy de Valdoviño, al lado de Ferrol. Vine solo, sin saber ni una palabra de inglés. Es la primera vez que viajo al extranjero. Nunca fui a ningún país. Estoy feliz. El primer día lo pasé solo, pero ahora, con todos éstos, estoy de maravilla". Todos éstos eran una treintena de españoles con banderas, gorros y caras pintadas, en la sección 109, que no pararon de gritar y aplaudir. En el mismo grupo incansable estaban Rubén y Carlos, de 18 y 24 años, que vinieron desde Madrid: "Esto se hace una vez en la vida". De Terrassa a Memphis se trasladaron, pidiendo permiso en el trabajo y saltándose algunas clases, Adrián y Mario: "Por la experiencia, ya que no nos gusta mucho el baloncesto". En una mejilla llevaban pintadas las barras de la senyera y en la otra la bandera española. A su lado, dos extremeños de Don Benito, Jesús y Mario. Con uno hablaban del Estatuto y de la bandera que, arriba, habían colocado Edu, Claudio, Soledad y Domingo, de las universidades de Alcalá de Henares y Jaén, que estudian Administración de Empresas en Misisipi: Cataluña is Spain. Desde Misuri, de la universidad de Lindenwood, viajaron 13 estudiantes en dos furgonetas alquiladas "a hacer ruido", según Nano. No había sólo estudiantes. También acudieron decenas de españoles que trabajan en EE UU, como Fernando, casado con Jenny, de Memphis. Como Chelo, una gallega casada con un vasco, establecidos con sus tres hijos desde hace un año en Arkansas.