España supera la media europea en teléfonos móviles por habitante
El mercado de teléfonos móviles, con una penetración del 94% de la población, registró un notable impulso en España durante 2005 y canalizó las mayores inversiones, según el informe de comunicaciones electrónicas elaborado por la Comisión Europea. La difusión de móviles fue superior a la media europea (92,8%) y a la de varios países avanzados como Francia (76%); Bélgica (83%) y Alemania (90%), pero significativamente inferior a Luxemburgo (150%) o Italia (111%). El número de usuarios es de 40,4 millones en España y 426 millones en el conjunto de la UE.
Un indicador del dinamismo del mercado de móviles es que España es el país de la UE en que los ciudadanos han cambiado más de compañía conservando el número de teléfono, tanto en el caso de los fijos (1,7 millones de cambios) como de móviles (6,1 millones).
La banda ancha (la conexión a Internet con alta velocidad) ha sido el sector más dinámico de las telecomunicaciones españolas durante el pasado año, según el informe, con más de 4,5 millones de líneas de usuarios domésticos, aunque el grado de penetración es de sólo el 10,5% inferior a la media europea (11,5%). La difusión de la banda ancha es del 25,5% en Corea del Sur y del 22% en Holanda, Dinamarca e Islandia. En la UE el número de usuarios ha superado los 53 millones, casi el doble que hace un año.
Viviane Reding, comisaria de responsable de la Sociedad de la Información y de los Medios, destacó ayer las mejoras de competencia introducidas en el sector que han permitido rebajar el coste de las comunicaciones. En el caso de los teléfonos fijos el descenso de las tarifas ha sido del 65% entre 2000 y 2005.
El informe señala también que el traslado de la sede de la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (CMT) de Madrid a Barcelona puede haber contribuido al retraso en la transposición de la normativas para la liberalización de los mercados. Hasta el momento España sólo ha notificado las medidas adoptadas en tres mercados. Según el estudio, la causa de estos retrasos podría ser que el regulador ha perdido más de la mitad de sus expertos, que no se trasladaron a la nueva sede.
