ERC comunica a Zapatero que no aprobará el Estatuto en las Cortes
Los partidos catalanes juzgan la manifestación una respuesta al PP
Esquerra Republicana (ERC) considera que el éxito de la manifestación del sábado, bajo el lema Somos una nación, ha reforzado su posición contraria al Estatuto. Y ayer mismo, sin esperar 24 horas, el secretario general de los republicanos, Joan Puigcercós, comunicó a José Luis Rodríguez Zapatero que Esquerra no podrá votar sí a la reforma durante su trámite en el Congreso y en el Senado. La decisión de ERC no significa un no de entrada sino que abre la puerta a una posible abstención. Ayer todos los partidos catalanes interpretaron la concentración como una respuesta a los "ataques" del Partido Popular contra Cataluña.
Los republicanos tenían claro que no podían dar su beneplácito a la reforma tras los recortes a los que creen ha sido sometido el texto estatutario tras el acuerdo entre Artur Mas y José Luis Rodríguez Zapatero el 21 de enero en La Moncloa. Si las bases del partido, en una decena de asambleas, ya se mostraron contrarias al texto, la multitudinaria manifestación de Barcelona ha incrementado la presión sobre la dirección de Esquerra pero al tiempo ha evidenciado que una parte de la sociedad catalana aplaude sus puntos de vista. Dos asuntos son clave en esta controversia, por una parte, la definición de Cataluña como nación, que ha desaparecido del articulado para incluirse en el preámbulo y, por otra, las sustanciales diferencias entre el modelo de financiación aprobado en el Parlamento catalán y el que finalmente se ha acordado.
Los dirigentes de Esquerra interpretan el éxito de la manifestación del sábado como la confirmación de que el acuerdo sobre el nuevo Estatuto se ha "cerrado en falso" con el pacto Mas-Zapatero. Y esta misma reflexión es la que transmitió ayer Joan Puigcercós al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en una larga conversación telefónica. El mensaje fue claro: en las actuales circunstancias y a menos que se produzca un giro de 180 grados en las negociaciones, ERC no podrá dar su visto bueno al texto en Las Cortes. Los republicanos exigen que se dé la espalda al pacto entre CiU y el PSOE e iniciar de nuevo el proceso negociador. Zapatero mostró a Puigcercós su felicitación por el tono festivo y pacífico en que transcurrió la marcha y le pidió "altura de miras" para incorporarse al consenso sobre el Estatuto.
Pero ayer, Josep Lluís Carod Rovira dejó clara la opinión de su partido: "Si el PSOE no se mueve, ERC no podrá modificar su posición". Carod no quiso aventurarse sobre cuál será el voto final en el Congreso, ni muchos menos en el posterior y obligatorio referéndum, ya que un no les alinearía con el PP.
En cualquier caso, todo este proceso está dejando un regusto amargo a los dirigentes republicanos, sobre todo a la hora de compararlo con lo que se prevé que suceda en el País Vasco en el futuro. Un alto dirigente del partido expresaba ayer la siguiente reflexión: "No puede ser que los vascos puedan conseguir, con las negociaciones sobre la pacificación de Euskadi, elevar su autogobierno mucho más que en Cataluña cuando aquí todas las reivindicaciones y demandas se han hecho pacífica y tranquilamente. Ya lo consiguieron con el primer Estatuto y ahora sería la segunda vez".
Ayer, los partidos catalanes, incluso los que no apoyaron la manifestación y en algunos casos la desdeñaron, hicieron su particular análisis sobre el acto. Y todos ellos, incluido Pasqual Maragall, coincidieron en afirmar que la masiva afluencia supone una respuesta ciudadana contra las "presiones" y "ataques" del Partido Popular hacia Cataluña. Los republicanos arremetieron contra el PP por sus "insultos y mentiras", y Josep Lluís Carod Rovira extendió sus críticas al resto por las "amenazas de unos y las rebajas de otros".
Mas se olvidó de que la federación nacionalista que dirige había sido una de las formaciones más reacias a la manifestación y aplaudió que los catalanes salieran "masivamente" a la calle en defensa de los "derechos nacionales de Cataluña que CiU", añadió, "también comparte". Asimismo, apremió a ERC a "mejorar las posiciones" del PSOE respecto al Estatuto.
El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, consideró "razonable" que "miles y miles de ciudadanos expresen su actitud ante la oleada de reacciones contrarias al Estatuto por parte de políticos españoles que, en muchos casos, no esconden que no votaron la Constitución", en alusión al PP. Maragall le acusó de "intentar enfrentar a los pueblos de España por sus intereses partidarios".
Por su parte, la plataforma Por el derecho a decidir, convocante de la marcha, advirtió de que ningún partido intente aprovecharse políticamente de la manifestación y pidió a todas las fuerzas que hagan una reflexión y saquen sus propias conclusiones sobre la masiva afluencia.
63.896 personas
Ni 125.000. Ni 750.000. Y ni mucho menos un millón. Las personas que acudieron el sábado a la manifestación fueron 63.896. Esta es la cifra que ayer facilitó Contrastant (Contrastando), un colectivo de signo catalanista, integrado principalmente por sociólogos, dedicado al análisis de cómo los medios de comunicación abordan asuntos como el conflicto del País Vasco, los nacionalismos o la lengua. En todas las manifestaciones que se convocan en Barcelona Contrastant realiza un cálculo pormenorizado de los asistentes. Fijando una hora determinada (18,02 horas) y teniendo en cuenta los metros cuadrados que ocupó la manifestación y la densidad de personas, este colectivo ha fijado la participación en 63.896 personas, con un mínimo de 57.506 y un máximo de 70.286. Pueden consultarse los datos en www.contrastant.net/mani/nacio2.htm (sólo en catalán).
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